Son 300. Pero no son los espartanos. Eso es mito, leyenda. Ellos son más que eso. Son los Tiburones del Paraná, quienes desde abril no pueden utilizar la pileta de Arroyo Seco por una disposición de Litoral Gas. Es por eso que piden que la empresa "se apiade" y les conteste a la brevedad por las modificaciones que deben realizar para reactivar la caldera y poder volver al agua, que desde hace dos décadas es su ambiente natural y, prácticamente, el aire que respiran para seguir adelante.
Según contó a LaCapital el líder de la agrupación, Patricio Huerga, todo comenzó con "una denuncia anónima que hicieron por olor a gas. A partir de ese momento nos colocaron el cepo y ya no pudimos utilizar más la pileta".
El complejo donde nadan está en Rivadavia 1176, de Arroyo Seco. Cuenta con una pileta climatizada, vestuarios y un gimnasio de más de 800 metros cuadrados, donde además se realizan actividades recreativas y culturales, tanto para ellos como para toda la comunidad. Y fue también un lugar para aquellos damnificados por la inundación que dejó a gran parte de la ciudad prácticamente bajo el agua hace dos años.
Hace seis meses que comenzaron con las modificaciones que exigía la prestadora del suministro y ahora están a la espera de que les aprueben los planos. "Desde que nos colocaron el cepo, inmediatamente contratamos un gasista y empezamos a hacer las obras; también convocamos a un ingeniero para que nos haga los planos de combustión y todo lo necesario. Estamos a la espera para ver si lo aprueban. Es que ahora nos tenemos que adaptar a las nuevas reglamentaciones. Porque después de la tragedia de Salta 2141 ya nada volvió a ser igual", explicó Huerga.
"No tenemos problemas de dinero, tenemos todo listo para que nos digan lo que tenemos que hacer, así que esperemos que Litoral Gas se apiade de nosotros y nos conteste lo más rápido posible por las modificaciones. De todos modos, comprendemos la situación y somos conscientes de que hay otras instituciones que hace más de un año que no tienen gas". Es que los trámites burocráticos hacen que todo sea un poco más engorroso, ya que una vez aprobados los planos, lo siguiente es realizar las modificaciones y luego volver a solicitar la inspección de la empresa para que les dé el visto bueno.
"Los chicos están ansiosos e impacientes. Realizamos actividades recreativas con las familias, amigos. Practicamos básquet, vóley, gimnasia rítmica, folclore, pero no es lo mismo que estar en la pileta. Ellos quieren estar en el agua", comentó.
Para tener una dimensión de los Tiburones del Paraná hay que remontarse a 1998, cuando para sorpresa de muchos, este grupo logró cruzar el cauce del río y se transformó en Tiburones. De ahí el apodo y ejemplo de vida, ya que supieron demostrarle a muchos que la discapacidad no es un impedimento. De hecho, tal como recuerda un cronista de LaCapital, que supo cubrir e "intentar" nadar a la par de ellos, "eran nadadores y nadadoras que incluso nadan como tiburones".
Este año presentarán el libro "Inclusión en discapacidad. De la palabra a la acción, 20 años de Tiburones del Paraná", ya que el grupo cuenta con el premio "Domingo F. Sarmiento", el máximo galardón que entrega el Senado de la Nación. Todo, comentó Huerga, "fue gracias a Omar Perotti, quien también nos dio la posibilidad de editar el libro".
"Este tiene un corpus teórico de la temática de la inclusión y después habla de cómo la desarrollamos, con 150 fotos. Cuenta con un capítulo que se llama voces múltiples, donde familias, Prefectura, Cruz Roja, médicos, profesores y medios que nos acompañaron, opinan qué es Tiburones". Porque son eso. Tiburones.