Por Gustavo Orellano
Una jornada de protesta que encontró en la solidaridad la expresión más representativa de rechazo al modelo económico nacional fue protagonizada por la Multisectorial Casilda. El espacio integrado por organizaciones políticas, gremiales y sociales visibilizó este sábado su reclamo en demanda de medidas para resolver las crecientes necesidades sociales con la instalación de ollas populares en distintos puntos de esta ciudad, cabecera del departamento Caseros que no está exenta del difícil momento que atraviesa al país.
Si bien Casilda ya fue escenario, como dio cuenta LaCapital, de marchas en contra del ajuste y en defensa de la producción y el empleo a nivel local y regional la ultima movida tuvo un matiz diferente al convertirse en una actividad que sensibilizo al mostrar la cara más dura de la crisis.
Decenas de casildenses se acercaron a los puntos establecidos en los barrios Granaderos a Caballo y Nueva Roma para la distribución de comida.
El sabroso guiso elaborado por voluntarios satisfizo la demanda alimentaria de familias necesitadas que desde el mediodía comenzaron a acercarse para recibir porciones de alimentos.
Malas políticas
La acción llevada adelante bajo la consigna "ante las malas políticas que generan hambre, la solidaridad es impresindible" dejó al descubierto la cruda realidad que padecen muchos vecinos de esta ciudad que están desocupados o perciben bajos ingresos.
Se trata de una problemática que se fue agravando con el paso del tiempo y la recesión económica al punto que superó las respuestas del Estado local en un contexto donde también preocupa la caída de las actividades industrial y comercial, cuyos sectores deben lidiar con el alto costo de funcionamiento, fundamentalmente en materia de servicios e impuestos, a la espera de un repunte que aún no llega.
"La comida que preparamos en esta jornada fue una suerte de paliativo a las necesidades de muchas familias que vinieron en busca de alimentos pero lejos esta de resolver los problemas de fondo que, sin lugar a dudas, debe atender el Estado", indicaron en diálogo con este diario las referentes Georgina Caffi y Cristina Vittone, quienes forman parte de la Multisectorial Casilda. Y en esa línea abogaron para que "se declare la emergencia alimentaria tanto a nivel nacional como provincial y local a fin de que las autoridades puedan evitar que se siga profundizando el problema".
Mayor compromiso
En la misma dirección indicaron que la situación social que se vive en Casilda "requiere de un mayor compromiso por parte del municipio que debería ponerse a la cabeza para trabajar en en red con todas las instituciones intermedias para que a ningún casildense le falte un plato de comida".
Similar postura planteó otro referente del mismo espacio, Emiliano Scopetta, al sostener que "las autoridades de distintos niveles deben estar a la altura de las circunstancias para solucionar cuestiones urgentes que no pueden esperar". Resaltó que el gobierno nacional "no puede seguir mirando para otra lado mientras hay gente con hambre", y apuntó al municipio casildense y al gobierno provincial al sostener que "si bien ambas gestiones fueron derrotadas en las últimas elecciones tienen la responsabilidad de seguir gobernando y atendiendo necesidades hasta que terminen sus mandatos", el próximo 10 de diciembre.
Casilda, al igual que otras localidades de la zona vinculadas a la actividad agraria, reflejan un deterioro del tejido social a la par de la recesión económica, la falta de oportunidades, y las casi nulas perspectivas de mejoras en materia de producción y trabajo.