Bacaloni realizó una denuncia en el Ministerio Público de la Acusación el 17 de septiembre pasado. Allí dijo que su encargada administrativa, Patricia Pellegrini, había desviado fondos de él por más de 10 millones de pesos desde 2017 hasta hace unos meses. En la audiencia la mujer descartó eso, dijo que Bacaloni estaba al tanto de todo y admitió haber tenido una relación sentimental desde el año 2014.
La mujer, Patricia Pellegrini (de 47 años), negó ser estafadora, desligó a su hermanastro Alberto Martínez (de 40) al igual que a su ex pareja, el policía Daniel Bertrán (de 49), de ser socios en la supuesta estafa. Hoy se realizará una audiencia que resolverá la medida cautelar sobre si permanecen en libertad o se les dicta la prisión preventiva.
En su declaración, Patricia, que era apoderada de la empresa, desnudó una serie de relaciones tormentosas con Bacaloni y su esposa. "Era apoderada porque el tipo quería que yo administrara todo porque él viajaba mucho", dijo la mujer quien trabajaba con Bacaloni desde 2006. Ocho años después comenzaron una relación sentimental y al parecer eso detonó la sospecha de la esposa del empresario que "comenzó a hacerme la vida imposible", reveló.
La primera versión es que la empleada administrativa desvió fondos por 10 millones de pesos a cuentas a su nombre, de un hermanastro y de su ex pareja. El dinero lo habría utilizado para invertir en varios negocios de ropa y en un restaurante. Lejos de amilanarse, Patricia desplegó una batería de denuncias contra su ex empleador y ex amante, Bacaloni.
"Yo tenía un sueldo de recibo de 40 mil pesos mensuales pero en realidad ganaba más de 350 mil pesos mensuales que me daba el propio Bacaloni y en función de la administración que yo hacía de un negocio muy rentable y de muchísimos quintales de soja. Todas las transferencias o negocios de ropa o el restaurante que tenía, eran conocidos por Bacaloni", dijo Patricia.
Ante el juez Benjamín Révori, Patricia no se privó de declarar nada. En varias oportunidades se quebró en llanto pero nunca titubeo en sus dichos, más allá de lo contundente que fueran y expresados de modo sencillo, contundente y hasta orillero. "Este viejo es un garca y lo sabe todo Villa Cañás", dijo en un pasaje sin ahorrar epítetos a lo largo de su extensa declaración.
Bacaloni asegura que empezó a desconfiar del crecimiento patrimonial de su empleada y de una caída llamativa de sus recursos. Ordenó entonces una auditoría externa a un contador, quien determinó que entre mayo de 2017 y agosto de 2018 la administradora había retirado fondos de la empresa por unos 10 millones de pesos. En la cuenta de su ex pareja, Bertrán, que en realidad pertenecía a Patricia, detectaron una suma importante de dinero pero que pertenecía a la mujer.
En el caso de su medio hermano, Martínez, se encontró más de 600 mil pesos que le fueron transferidos por Patricia. "Son pagos de trabajos de mecánica y además por el pago de facturas con IVA que mi hermano le daba a Bacaloni cuando le hacía falta. Es una locura lo que hicieron con mi hermano que no tiene nada que ver". Respecto a su ex marido Bertán, la mujer declaró que "más allá que fue un reventado como pareja tengo que reconocer que no tiene nada que ver con este. Yo transfería dinero a esa cuenta que compartíamos pero ya estábamos separados. De todos modos todo lo sabía Bacaloni", insistió.