El sector de la ruta nacional 33 popularmente conocido como curva de la muerte, entre Pérez y Zavalla, registró en las últimas horas el quinto siniestro vial en menos de 20 días. Este miércoles, poco antes de las siete de la tarde, una familia que viajaba en un automóvil Nissan Tiida estuvo a punto de protagonizar una tragedia cuando el vehículo en el que viajaba siguió de largo y terminó volcado en el mismo zanjón donde fueron a parar otros dos coches y hasta un camión en las últimas semanas.
La secuencia de accidentes de tránsito se registró entre el 7 y el 25 de mayo en un lugar muy peligroso, que hasta poco tiempo contaba con carteles de señalización y además con un guardarrail de seguridad. Ese dispositivo vial venía cumpliendo de manera efectiva su función como señal de advertencia adicional, pero el sábado 7 de mayo el elemento fue arrasado por un camión que volcó su carga de harina.
Desde entonces, desde la Sección Tránsito de la Municipalidad de Pérez vienen reclamando ante la Dirección de Vialidad Nacional, organismo a cargo del mantenimiento de esa importante vía de comunicación, para que el guardarrail dañado sea reparado, una gestión que hasta este jueves dio resultados negativos. Mientras tanto, los incidentes viales sucedieron con preocupante repetición no sólo por la mecánica, sino por las características de las víctimas: todas personas que desconocían la zona.
Al respecto, Silvio Mazzini, jefe de los Bomberos Voluntarios de Pérez, señaló a La Capital: “Las condiciones y la señalización de la zona no son malas; se pueden mejorar, sí, pero lamentablemente desde el sábado 7 de mayo se sucedieron los siniestros uno tras otro. Además del guardarrail, también hay carteles que anuncian con anticipación de la ubicación de la curva, incluso hay reductores de velocidad (serruchos), pero el que no conoce la zona piensa que la curva tiene una banquina con el ancho de un auto y no es así, hay un zanjón”.
El titular de los Bomberos aclaró que ese tramo de la ruta nacional 33 requiere mucha precaución al transitar, especialmente de noche o cuando hay poca luz natural, pero admitió que antes de que el guardarrail fuera arrasado por el camión brasileño el nivel de siniestralidad había descendido un poco y los choques eran más esporádicos.
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Las estadísticas que se manejan en el cuartel de los Bomberos Voluntarios indican que tras el vuelco del camión que iba a Brasil, le siguieron los siguientes siniestros viales que afortunadamente no dejaron personas con heridas de gravedad:
* 18 de mayo volcó un automóvil Nissan, cuyo conductor era oriundo de Ushuaia.
* 22 de mayo se despistó un Ford Escort
* 23 de mayo el choque de un vehículo fúnebre que trasladaba el cuerpo de una persona fallecida en Bariloche que debía ser sepultada en Granadero Baigorria.
* 25 de mayo otro vehículo Nissan