Melincué es el lugar elegido por un grupo empresario de capitales nacionales para construir el primer hotel termal de la provincia de Santa Fe. La localidad reconocida por la laguna, a 126 kilómetros de la ciudad de Rosario y a 360 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya había sido parte de otros proyectos y ahora se reflotan de mano de inversores argentinos con la intención de construir un complejo hotelero y de cabañas con amplios piletones con agua termales de la laguna.
Este grupo empresarial ya mantuvo una reunión con el presidente comunal, Silvio Garbolino, en la que le comunicaron la intención de invertir en el pueblo, claro que para poder hacerlo necesitan como condición que avancen las obras hídricas sobre la laguna, que son necesarias para que no se desborde, como también debe existir una garantía de funcionamiento constante de las estaciones de bombeo.
Melincué es la cabecera del departamento General López y su laguna es reconocida a nivel mundial por las propiedades curativas que tiene el espejo de agua, que llegó a tener alrededor de 15 mil hectáreas en el año 2017, cuando esta localidad del sur santafesino sufrió la peor inundación de su historia. Entre sus características, la laguna es apta para los deportes acuáticos tales como kitesurf (deslizamiento sobre el agua con el uso de una cometa de tracción), tablas, motos de agua y embarcaciones de pequeño porte.
Hoy Melincué tiene alrededor de 2.500 habitantes, aunque llegó a tener cerca de 7.000 en las décadas del 60 y 70, aunque las sucesivas inundaciones hicieron que mucha gente abandonara el lugar. Además, es reconocida por tener el Casino con otro gran hotel.
Garbolino manifestó el interés desde la comuna para participar de la propuesta hotelera y para ello se donará el terreno en el que va a emplazarse el hotel termal, las cabañas y los piletones. El último gran proyecto fracasó tras la tremenda inundación de 2017 en la que el pueblo prácticamente quedó sepultado bajo las aguas de la desbordada laguna, ubicada a pocos metros del ejido urbano.
Fue en el año 2014 cuando la comuna de Melincué, dirigida en ese momento por Gabriel Rébora, presentó ante la Secretaría de Turismo de la Nación un proyecto que “mediante una inversión de alrededor de 200 millones de pesos permitía la reactivación de la isla en la que estaba emplazado el histórico hotel provincial. La idea es que ese espacio vuelva a ser el que era en décadas pasadas, cuando convocaba a verdaderas multitudes. Para ello se necesitará una inversión millonaria por parte del Estado nacional, provincial y aportes locales”, había dicho el mandatario a este diario en aquella oportunidad.
Lo cierto es que no se pudo concretar jamás y tres años más tarde, en 2017, vino la debacle ya que el desborde de la laguna puso en franco peligro a toda la comunidad. El agua había ingresado al casco urbano. La ruta 90 estuvo literalmente bajo agua en un tramo de más de diez kilómetros y el caos dominaba la escena cotidiana de la localidad en los meses de abril y mayo.
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El desborde de la laguna en 2017 fue la más grave en la historia de Melincué.
Según Garbolino, “la inundación de 2017 se produjo porque el gobierno de turno estaba de punta con la provincia y todos se tiraban la pelota uno a otro sobre a quién le correspondía hacerse cargo del bombeo del agua de la laguna. La cuestión es que estuvimos un año y medio sin bombear (desde 2015) y en 2017 se produjo la inundación, que fue la más grave que nos tocó padecer”.
Sobre la nueva posibilidad, y sin nombrarlo, habló de la persona que fomenta la posibilidad de que inversores desembarquen en Melincué para la construcción de un hotel termal: “Es una persona conocida del propietario de la hostería Ruca Malen de nuestra localidad y siempre que viene a nuestro pueblo se hospeda allí. El fue el nexo para que nosotros lleguemos a esta persona”.
Polo gastronómico
Melincué atravesó a lo largo de su historia hechos muy trágicos vinculados a los desbordes de la laguna, los que se dieron en distintas décadas. Desde los años 30 viene padeciendo inundaciones de distinto tenor. La primera, de gravedad inusual, fue a mediados de la década del 70, cuando el famoso hotel quedó sepultado por las aguas. Hubo otra en los 90, una más en 2001 y quizás la más grave de todas del año 2017.
Sin embargo, a mediados de 2019 la comunidad fue recuperando su brillo de la mano del Hotel Casino y del polo gastronómico regional. Alrededor de 15 locales de comida fueron la atracción de los habitantes de la región hasta que llegó la pandemia (junto con las restricciones) a principios de 2020. El cierre del casino fue un hecho casi letal para la comunidad, que siempre supera las adversidades y en esta oportunidad no será la excepción. Al menos así lo hizo saber Silvio Garbolino al sostener de modo enfático que "la cuestión de la pandemia va a ir normalizándose de a poco y Melincué volverá a ser el centro de atención regional como lo era".
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El presidente comunal Silvio Garbolino inició charlas con inversores argentinos para construir un hotel termal en Melincué.
Inversores
Alertados de esta situación, los inversores le plantearon a Garbolino que debían hacerse todas las inversiones necesarias para evitar que Melincué vuelva a inundarse. Obviamente es necesario para ello el pleno funcionamiento de las estaciones de bombeos para mantener el nivel de la laguna. Precisamente la provincia de Santa Fe está llevando adelante obras en ese sentido.
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Al repasar cómo fueron los sucesos que continuaron tras la inundación de 2001, en el año 2005 comenzaron las obras para la colocación de las estaciones de bombeo para la nivelación de la laguna. En 2007, durante la gobernación de Jorge Obeid, se inauguró el Hotel Casino & Resort, y se realizó la reparación de la ruta provincial Nº 90, que luego sería vital para la llegada de turistas; fundamentalmente para visitar el casino.
El nivel de la laguna se mantuvo durante más de quince años y la tremenda inundación de 2001, (muy similar a la de 2017 por las graves consecuencias que trajo aparejadas para la comunidad), parecía apenas un ingrato recuerdo. Pero la furia de las aguas se desató nuevamente en el mes de abril de 2017 provocando un caos generalizado.
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La Estación de Bombeo Nº 2 se encuentra a cinco kilómetros del pueblo. Su funcionamiento garantiza la estabilidad de la laguna.