Por Gustavo Orellano
El hombre de Arequito denunciado por su hija de haberla abusado durante 23 años y dejarla embarazada de sus cuatros hijos, fue imputado por los hechos aberrantes que se le achacan y seguirá preso al menos mientras se mantenga la prisión preventiva con plazo de ley (máximo de dos años) que también fue dictada ayer en su contra.
Así lo dispuso la jueza Mariel Minetti, al hacer lugar al planteo del fiscal Juan Pablo Baños, en el marco de una audiencia desarrollada en el Ministerio Público de la Acusación de Casilda.
La magistrada consideró suficientes los elementos aportados en esta primera instancia del proceso para sospechar sobre la probabilidad de que el acusado, identificado como Hugo Víctor A., de 57 años, sea responsable de los ilícitos que le endilgan.
Al incriminado, quien se abstuvo de declarar y fue representado por la defensora pública Julia Giordano, se le atribuyen los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por su carácter de ascendiente y la edad de la víctima, aprovechando la situación de convivencia preexiste; promoción de corrupción de menores agravada por mediar violencia; amenazas y tenencia de un arma de fuego.
La oscura y truculenta historia de sometimiento que padeció la denunciante, quien tiene 32 años, y mantuvo en silencio durante más de dos décadas, comenzó cuando apenas tenía ocho años y su padre violentó su integridad sexual con manoseos en sus partes intimas.
Pero su traumática experiencia empeoró un año más tarde al ser violada por primera vez por su progenitor, que la siguió abusando reiteradamente hasta el sábado pasado, cuando la víctima decidió denunciarlo, para lo cual se trasladó hasta Casilda.
El imputado, según la denuncia, sometía sexualmente a su hija en la casa donde también convivía con su esposa, de la cual está separado hace un año, aunque también solía abusarla en construcciones donde trabajaba como albañil.
La víctima asegura que su padre la obligaba a tener relaciones, fruto de las cuales habría quedado embazada de sus cuatro hijos que hoy tienen 11, 13,17 y 19 años.
El hostigamiento psicológico fue de tal magnitud que, según relató, la amenazaba con matar a sus hijos si contaba que era abusada, lo que, sin embargo, finalmente se animó a hacer días atrás y radicó la denuncia tras un proceso en el que pudo entrar en contacto con el mundo exterior, ya que prácticamente no salía de la vivienda donde sucedieron los hechos investigados. Ese inmueble, conocido ahora como "la casa de horror", no tiene ventanas hacia calle y está rodeado de un alto tapial cuyo hermetismo parece haber sido funcional al comportamiento del abusador para tener la situación bajo control. Lo mismo que intentó hacer cuando hace cerca de un año su víctima comenzó a trabajar en la casa de una mujer que cuidaba y su padre la seguía en bicicleta con un arma entre sus prendas a fin de asegurar que volviera al hogar a la hora convenida.
Sin embargo, ello le posibilitó relacionarse socialmente y conocer a un joven con el que tendría una relación sentimental, lo que habría sido fundamental para replantear su vida e intentar liberarse de los años de sometimiento que soportó en absoluto silencio.
"Haber salido del encierro y conocer el mundo exterior fue determinante para recurrir al ámbito que corresponde en busca de ayuda y hacer la denuncia que posibilitó la investigación", dijo ayer a LaCapital el fiscal Baños, quien prevé, entre otras medidas, entrevistar a integrantes del entorno familiar de la víctima, allegados, vecinos y personal médico. Y también confirmó que solicitará una audiencia para pedir que el presunto abusador sea sometido a estudios genéticos de ADN para comprobar si es el padre de los cuatro hijos que tuvo su hija, de los cuales el primero dio a luz cuando sólo tenía 13 años.
Baños también explicó que los hijos de la víctima seguirán al resguardo del equipo de Niñez de Arequito, hasta que se resuelvan los pasos a seguir. Y sobre la posibilidad de que el imputado haya abusado de otras víctimas, dijo que "por el momento no hay indicios", aunque tampoco lo descartó.