Por Fabrina Donato
Una veintena de vecinos se congregaron en el corazón de Oliveros para recordar a Marlene Franco. A tres años de su brutal femicidio, su familia convocó a un homenaje que recorrió sus últimos pasos, pintó una estrella en la calle frente a la casa donde fue asesinada y culminó con una suelta de globos con su nombre. Sencillo, simbólico y desgarrador. Acompañó también Alberto Perassi, el padre de Paula.
El 14 de mayo de 2016 Marlene, de 21 años, volvió de bailar con sus amigas desde Maciel, se bajó de colectivo en la garita central de Buenos Aires y Mitre, y comenzó a caminar rumbo a su casa. Eran alrededor de las 5.30 de la mañana. A unos cien metros, José Ojeda la interceptó, la metió en una casa deshabitada, la violó y la mató.
Un año y medio después, precisamente el 24 de noviembre de 2017, la justicia determinó en un juicio abreviado la mayor condena para el hombre considerándolo penalmente responsable del delito de homicidio doblemente agravado por criminis causa y por mediar violencia de género. Fue un caso emblemático por la rapidez del nuevo sistema procesal penal santafesino, la resolución en un juicio abreviado y por aparecer el femicidio como precedente con una condena perpetua.
Estrella
Ayer, el cálido sol del otoño se escondía en el atardecer oliverense cuando pasadas las 17, y envueltos en el bullicio de los chicos que salían a pocos metros de la escuela primaria, encontró a grupos feministas de la región, vecinos, a Alberto Perassi papá de la mujer desaparecida en San Lorenzo en 2011 y la familia de la joven asesinada, quienes le brindaron un sentido homenaje. Recorrieron sus últimos pasos, pintaron una estrella en la calle frente a la vivienda donde fue hallada y luego entregaron globos violetas que partieron hacia el cielo con su nombre.
Alicia Peralta, la madre de Marlene, brindó unas palabras a los presentes y dijo que "hoy es un día muy difícil, que no queremos recordar, se cumplen tres años del brutal asesinato".
Dijo además que si intención y la de su familia es "visibilizar a las víctimas de femicidios, que se tomen más en cuenta, que el estado tenga más visión de género. Estamos para pedir justicia y nunca más".
Luego, dialogó con La Capital y reflexionó sobre la jornada. "Por una parte me gustaría que haya más vecinos, pero por otra parte no, porque no les puedo obligar que vengan. Estoy acá para visibilizar la memoria de mi hija, y las víctimas de femicidios que todavía no están resueltos".
Durante la mayor parte de la movilización caminó a la par, Albero Perassi, un emblema de lucha del Cordón industrial, quien sostuvo que "a Alicia es el tercer año que le falta Marlene, nosotros ya cumplimos siete que no sabemos qué paso con Paula y donde está. No tenemos a dónde llevarle una flor".
Luego apuntó que "tenemos que acompañarnos entre todos, si podemos lograr un cambio será todos juntos. Porque como siempre digo en frente están los poderes".
Encerrados
En el mismo sentido, y con un llamado de atención a la población local afirmó que "me parece muy raro que en Oliveros, siendo un pueblo que se conocen todos, no haya gente que acompañe en este acto. Hay que cambiar, tenemos que acompañarnos. Sino acortamos cada vez más las horas de femicidios, los buenos nos encerramos cada vez con más rejas y nos van ganando los delincuentes".
También sentenció que "nadie está exento de esto, dar la espalda no es lo correcto".
Luego enfatizó que "hoy la justicia me dio un cachetazo nuevamente y me dejo sin nada. Son golpes duros, pero vamos a seguir para adelante", en relación a la decisión del tribunal de absolver a los nueve detenidos —cuatro civiles y cinco policías— el primero de mayo en el juicio por la desaparición de Paula.
El acto fue sencillo, con pocos vecinos que acompañaron, pero simbólico. Sirvió para recordar a Marlene, llamar a la reflexión, reivindicar la lucha para terminar con la violencia hacia las mujeres y para gritar "nunca más".