Empleados municipales y representantes gremiales del sector de distintos puntos del sur santafesino cortaron ayer la ruta nacional Nº 11 frente a la Municipalidad de Fray Luis Beltrán para exigir la "inmediata reincorporación" de siete trabajadores que, una vez finalizada la conciliación voluntaria dictada en mayo, fueron nuevamente cesanteados. El municipio permaneció cerrado, igual que el corralón, lo que no impidió el desarrollo de la protesta.
Bajo una fuerte custodia policial que desplegó móviles para el desvío del tránsito, los municipales de Beltrán, con apoyo del Sitram, de la CGT San Lorenzo y de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales (Festram) se apostaron en la ruta, quemaron neumáticos e hicieron oír su voz. La preocupación está centrada en los siete despedidos, pero también en la posibilidad de que estas medidas se repliquen en otras localidades. En palabras de Oscar Rodríguez, delegado municipal de Ibarlucea: "Si a este señor (por el intendente Mariano Cominelli) le sale bien, después va a venir el problema en toda la provincia".
Tal como lo publicó oportunamente LaCapital, Cominelli había asumido en diciembre del año pasado en medio de un paro municipal y denunció haber recibido las "arcas vacías", lo cual le valió un fuerte contrapunto con su antecesora, Liliana Canut.
Si bien ya en diciembre se habían producido algunas cesantías, el grueso de los despidos ocurrieron el 5 de enero. Para el gremio, se trató de un hecho "sin precedentes" en las últimas décadas. Comenzó así un conflicto que desembocó en la conciliación obligatoria dispuesta el 15 de mayo, donde el Ministerio de Trabajo de la provincia obligó a retrotraer la situación al principio, reintegrar a los 11 empleados y comenzar una etapa de negociación. Luego cuatro empleados aceptaron retirarse. El 3 de julio, la situación volvió a tensarse y no hubo acuerdo para la reincorporación de siete municipales restantes.
Así es como se llegó a la jornada de ayer, en la que los gremios del sector se plantaron para exigir la reincorporación y evitar un efecto dominó.
El secretario de Organización de la Festram, Jesús Monzón, recordó que se trata de "siete trabajadores de planta permanente, con entre dos y tres años de antigüedad, a quienes este intendente despidió al mes siguiente de asumir, y tomó la determinación de volver a despedirlos al terminar la conciliación obligatoria. Por eso volvimos al conflicto, con los compañeros de distintas localidades que han venido a acompañar. Mientras estos compañeros no sean reintegrados, el conflicto va a continuar", advirtió.
El dirigente aseguró "desconocer" la actitud del intendente, que "se suponía que iba a cambiar la ciudad; pero evidentemente nos equivocamos, tenemos un intendente que se ha vuelto del PRO. Desde la Federación, trabajamos de otra manera, si tenemos la posibilidad de sentarnos a una mesa de negociación y los compañeros son reintegrados, cada uno vuelve a su lugar de trabajo y seguimos con lo que estábamos haciendo antes".
A su lado, un dirigente del Sindicato Municipal de Rosario, consideró que los despidos "apuntan directamente al corazón de los trabajadores organizados, estamos en una zona muy castigada por los despidos, por una serie de situaciones difíciles para los trabajadores, y no vamos a permitir estos nuevos siete casos sin que haya una solución".
Más apoyos
El acompañamiento no solamente vino de Rosario. Dardo Miranda, secretario general del Sitram Coronda, manifestó el apoyo del gremio de su localidad al reclamo. "Venimos a apoyar la movilización, traemos la solidaridad, porque sentimos que esto se puede replicar en toda la provincia. La Federación se moviliza con los gremios hermanos para luego provincializar el conflicto".
En la misma sintonía, Rodríguez afirmó: "Si a este señor le sale bien, después va a venir el problema en toda la provincia, y eso es lo que tenemos que frenar".