"El bobo de (José) Corral no nos deja tocar", dijo ofuscado Marcos Caminos, un integrante del consagrado grupo Los Palmeras, supuestamente ajeno de que con su ironía lograría un nock out al intendente santafesino que vale su peso en oro en tiempos electorales.
El escándalo fue inmediato. Corral podía pelearse, con los funcionarios de Lifschitz, referentes y candidatos de otros partidos y hasta con cuanto periodista quisiera, pero su estilo parsimonioso de subestimación sistemática a las críticas de poco le sirvió ante los ídolos indiscutidos de la ciudad.
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Es probable que alguien le terminara advirtiendo al también presidente de la UCR nacional que no era negocio pelearse con un músico que enorgullece a los lugareños y a quien están dispuestos a creer sin hesitación alguna como no lo hacen con ninguno de los políticos del oficialismo o la oposición.
El error de cálculo de Corral de creer que la actuación de Los Palmeras junto a la Filarmónica de Santa Fe, el domingo a las 19, en el Puente Colgante (remake del excepcional espectáculo brindado por ambas agrupaciones en Rosario ante más de 50 mil personas) era sólo una puesta en escena del gobierno provincial buscando rédito electoral, lo metió en un brete que le demandó tener todo el día a varios funcionarios y a él mismo dando explicaciones.
Una vez evaluado el daño, el municipio puso a su secretario de Control, Ramiro Dall' Aglio, a explicar que "en rigor, no era que no se autorizara el espectáculo sino que a lo que se habían opuesto era al corte de calles en varias cuadras a la redonda,incluyendo el Puente Colgante y por el plazo de varios días para montar y desmontar el escenario, dado que el tránsito sobre el viaducto Oroño _puente paralelo al colgante_ está reducido por trabajos de bacheo".
El escándalo creció con las horas. A Camino se le sumó el otro líder de Los Palmeras, Rubén Deicas, quien sin cortapisas hizo conocer en los medios su enojo. Finalmente, Corral debió llamar a conferencia de prensa. "Esta controversia que se generó nos parece que fue generada por la impericia y la mala fe de los organizadores. Tenemos mucha admiración, aprecio y afecto por Los Palmeras; la cumbia es un patrimonio de la ciudad", afirmó al explicar que el lugar pedido para el concierto no les "pareció el más adecuado Si alguien se quiere apropiar de Los Palmeras está cometiendo un error grave; ellos exceden cualquier gestión".
Con la siesta llegó el acuerdo: "el escenario se armará hoy a las 7 en la Costanera Oeste, sobre la avenida Almirante Brown", se anunció, y la crisis que puso los nervios de punta a los radicales de Cambiemos llegó a su fin. Todavía no se evaluaron los daños y Los Palmeras enfundaron su enfado.