Los casos de Covid-19 comienzan a disminuir en Casilda tras varias semanas con altos registros de infectados que reflejaron el fuerte impacto que provocó en la ciudad y la zona la tercera ola de la pandemia.
Por Gustavo Orellano
"Es cierto que la situación epidemiológica mejoró en Casilda, pero seguimos insistiendo con los cuidados preventivos porque la pandemia no pasó", dijo el director del Hospital San Carlos, Omar Moya.
Los casos de Covid-19 comienzan a disminuir en Casilda tras varias semanas con altos registros de infectados que reflejaron el fuerte impacto que provocó en la ciudad y la zona la tercera ola de la pandemia.
“Se está dando un amesetamiento en la curva de contagios con tendencia a la baja”, indicó a La Capital el director del Hospital San Carlos, Omar Moya, para luego resaltar que por estas horas no hay internados por coronavirus en el efector público casildense, algo que difiere de la realidad que atraviesa Venado Tuerto donde la institución hospitalaria tiene repleta la Unidad de Teparia Intensiva (UTI) y ya tuvo que derivar pacientes.
Si bien en Casilda aún no cedió la alta demanda de atención en las guardias del nosocomio, especialmente por consultas vinculadas al coronavirus, los últimos partes epidemiológicos muestran números que ya no alarman como la reciente seguidilla de cifras récord de contagios.
Con jornadas que superaron largamente los cien casos positivos de Covid, ahora el panorama no solo es otro sino que resulta más tranquilizador, lo que no significa que se haya bajado la guardia sino todo lo contrario.
“Es cierto que la situación epidemiológica mejoró en Casilda y localidades vecinas, pero seguimos insistiendo con los cuidados preventivos porque la pandemia no pasó y es fundamental apelar a la responsabilidad social para disminuir los riesgos”, resaltó Moya.
Y, en ese marco, rescató la marcha de la vacunación contra el coronavirus en Casilda que ya alcanza al 80 por ciento de la población con esquema completo. “La vacunación -dijo- es fundamental para atenuar los síntomas y prevenir casos graves, razón por la cual hay que seguir trabajando en esta línea”.
La ciudad cabecera del departamento Caseros aún registra 670 casos activos de Covid y el dato más negativo de la tercera ola fue la muerte de ocho pacientes, en su mayoría adultos mayores con comorbilidades.
En este contexto que no admite relajaciones, lo positivo es que los contagios entraron en una suerte de meseta hacia la baja, a lo que se suma como dato no menor la escasa necesidad de internaciones.
La situación se contrapone a lo que sucede en Venado Tuerto donde está al límite la ocupación de camas críticas en el Hospital Alejandro Gutierrez, lo que obligó a realizar derivaciones de pacientes a otros efectores.
Para afrontar la compleja coyuntura se evalúa ampliar algunas plazas utilizando el sector de terapia de pediátrica, pero el problema radica en que “tenemos dificultades con los recursos humanos que son escasos”, admitió en una conferencia de prensa el director del hospital venadense, Daniel Alzari.
El titular del efector público explicó que “hemos tenido una alta demanda en la semana pasada y la actual con la internación Covid en terapia intensiva, incluso con tres ingresos en un día, llegando a la actualidad con 11 pacientes en UTI, uno en un sector de la guardia que adaptamos en forma transitoria”. “Además -añadió- estamos derivando pacientes Covid al Hospital de Firmat que tenía camas disponibles”.
Sobre el tema, Moya consideró que "no hay un causa determinada que explique por qué se da este fenómeno, pero sí podemos señalar que la situación es cambiante y lo que hoy está pasando en Venado Tuerto tal vez lo podemos llegar a vivir mañana nosotros”.