Hay lugares en la Argentina profunda donde la pobreza y las carencias son tantas que cuesta imaginarla desde otros sitios. Parajes donde los servicios de luz y agua potable se reducen a unas pocas manzanas (con suerte) y donde la economía es de pura supervivencia. Pero también hay gente que, después de buscar mejores horizontes, no olvida sus raíces. Es el caso de Mary Barrera, quien de la mano del comedor Maristas para Todos, de Granadero Baigorria, se prepara para viajar este domingo 28 de noviembre a Tres Isletas y El Boquerón, en el Chaco, con un camión cargado de alimentos, medicamentos, ropa y otros insumos recolectados en una campaña solidaria.
Mary tiene 40 años, nació en Tres Isletas, una ciudad de aproximadamente 20 mil habitantes, en el centro-norte chaqueño, departamento Maipú, con grandes bolsones de pobreza, déficit en los servicios y barrios de pueblos originarios que apenas subsisten. De muy chiquita la familia se trasladó a El Boquerón, una colonia rural dependiente de la primera ciudad. Cuando tenía ocho años, su abuelo sufrió la picadura de una araña. El efecto fue tal sobre la salud del hombre que la familia no pudo seguir viviendo en aquel paraje. Se vinieron a Rosario, donde permanecieron tres años, hasta que se instalaron en Granadero Baigorria.
"En aquellos lugares se conoce una pobreza que aquí no se ve. En Tres Isletas, a ocho cuadras del municipio ya no hay agua potable. Tienen que comprarla. No es como aquí, donde uno puede cocinar tortas asadas y salir a venderlas para después procurarse el alimento propio. Allá las cocinan y las comen, la economía es de supervivencia absoluta. No sobra nada", cuenta la mujer.
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Desde hace dos meses están recibiendo donaciones. "Todo suma", aseguran.
Desde hace siete años, Barrera sostiene junto con un grupo de diez colaboradores un comedor comunitario, que bautizaron "Maristas para Todos". El nombre tiene que ver con el barrio donde se asienta, que a la vez se llama así porque está pegado al predio de Hermanos Maristas. El comedor, que en un principio funcionaba para la población de ese barrio y dos más, se extendió a más de nueve. "Durante la pandemia, trabajamos de lunes a lunes, y nos fuimos extendiendo. Allí donde hay necesidades vamos con alimentos, medicamentos, sillas de ruedas, apoyo escolar, actividades deportivas", cuenta la responsable del emprendimiento, que a su vez recibe donaciones.
Volver a las fuentes
Un día, y tal como su padre le había dicho ("no olvides nunca de dónde venís") Mary sintió la necesidad de retornar a sus pagos del Chaco y llevar allí la solidaridad que recibe mucha gente de la ya suya Granadero Baigorria. "Pudimos viajar el 14 de mayo al Chaco, fuimos al hospital de Tres Isletas, donde nos dijeron que no tenían medicamentos, visitamos la sala de primeros auxilios del Boquerón y los comedores del lugar. Ahí se ve realmente la pobreza", comenta. Y abunda: "Nunca pensé que me iba a encontrar con lugares tan detenidos en el tiempo, algunos estaban igual que cuando me fui. Tres Isletas está enorme, pero exactamente con las mismas carencias. En muchos lugares no hay agua potable, tampoco electricidad. La gente cree que sabe lo que es la pobreza extrema, ahí se ve realmente".
Aquella experiencia fue muy intensa. Cuenta la mujer que los chicos les pedían por favor que volvieran. "Y no fue mucho lo que hicimos. Les llevamos frazadas, juguetes, anteojos, medicamentos, les dimos afecto y les decíamos cosas elementales, como que no dejaran la escuela y que hicieran deportes. Nos pedían por favor que no nos fuéramos", recuerda la responsable del comedor.
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El grupo viene trabajando desde hace siete años en Granadero Baigorria.
El domingo próximo, un camión del transporte "El Abuelo Raúl", que lleva ese nombre en homenaje al abuelo de Mary, partirá manejado por su primo Oscar Alfonso, que es camionero y también oriundo del Boquerón. El chofer irá con un acompañante y una carga de vestimenta, alimentos no perecederos, medicamentos y hasta golosinas, porque allá falta todo. Están recolectando desde hace dos meses. Recorrerán unos 800 kilómetros de Baigorria a Tres Isletas, y tienen unos 20 kilómetros más al Boquerón. "Todo lo que podamos conseguir suma. En El Boquerón, el único enfermero que está en la salita de auxilios, que duerme ahí y es costeado por los vecinos, nos contaba que no tenían ni paracetamol", narra Mary. Ella también irá, junto a otras personas de Maristas para Todos, en un auto, para hacer el apoyo y contribuir presencialmente.
Este será entonces el segundo viaje que hace el grupo, cuya responsable se había prometido ir "al menos una vez por año" a aquellos pagos que dejó hace 28 años, pero que no olvida.
Todavía hay tiempo para colaborar. El comedor se levanta en Las Araucarias 621, y el teléfono de contacto es 341 2 554863.