Los registros sobre violencia de género y en el entorno familiar que ejercía el acusado por el femicidio de Fátima Acevedo se remontan a 2017. Así lo indican las causas tramitadas en el Juzgado de Familia Nº 1 de Paraná. De manera prolongada en el tiempo Fátima dio cuenta de una convivencia marcada por la violencia física, psicológica y sexual de su ex pareja, Jorge Martínez. La golpeaba cuando se negaba a tener relaciones sexuales, la perseguía. Le decía "si no sos mía, no sos de nadie". Este año comenzaron las denuncias en la Fiscalía.
El 31 de enero, en la casa de Martínez, el hombre intentó arrojarle ácido muriático en la cara. Luego, en sentido amenazante, afiló una cuchilla. La Justicia le dictó a Martínez medidas de restricción de acercamiento, que le fueron notificadas el 6 de febrero. Fátima decidió irse y encontró refugio en la Casa de la Mujer de la Municipalidad.
La joven acudió nuevamente a la Justicia porque necesitaba sus pertenencias y las de su hijo, que habían quedado en la casa de Martínez, como la tarjeta de cobro, que la ex pareja no quería devolverle. Las pudo recuperar con una orden de allanamiento.
La última denuncia la realizó el 11 de febrero, cuando manifestó que Martínez andaba por la zona de la Casa de la Mujer, y que aún quedaban en la vivienda elementos de su hijo por recuperar. El 20 de febrero Martínez le envió un mensaje a Fátima de San La Muerte. El 29 de febrero Fátima fue a la casa de Martínez. Esa noche vecinos escucharon gritos de discusión, que solían ser habituales.
El domingo 1º de marzo Fátima se fue de la Casa de la Mujer y no regresó. Su ex cuñada fue a llevarle a su hijo (lo tenía por el régimen de visitas establecido por la Justicia) y no la encontró. Según la Fiscalía, Martínez retuvo en contra de la voluntad a Fátima, la mantuvo oculta en un lugar no determinado con el fin de que continúe en pareja.
El lunes 2, una amiga de Fátima radicó la denuncia. Ese día, a las 16.33, Martínez utilizó la tarjeta de cobro de Fátima e intentó realizar una extracción de dinero. El martes a la noche, la policía allanó la casa de Martínez, secuestró diversos elementos y se ordenó su detención.
El miércoles 4 encontraron un mensaje en el que Martínez se hizo pasar por Fátima y dijo que estaba cautiva e incomunicada a manos de gitano y que estaba bien.
El jueves se confirmó que un chip de celular encontrado en la casa de Martínez pertenecía a la línea de Florencia, pero el teléfono de la joven no estaba. En la audiencia ante el juez de Garantías, le dictaron 15 días de prisión preventiva en la unidad penal. Ese mismo día comenzaron los rastrillajes que terminaron con el conmocionante corolario.