Una escuelita de jurisdicción casildense, que durante décadas funcionó en la zona rural de Colonia Las Flores y que cerró por falta de alumnos, fue convertida en un ámbito de contención para jóvenes y adultos de entre 18 y 40 años con problemas de adicciones y en situación de criticidad social.
Al remozado espacio, ubicado a siete kilómetros de la ciudad cabecera del departamento Caseros se llega por un camino de tierra que enlaza con la ruta nacional Nº 33, en el límite entre Casilda y Sanford.
Allí puede verse plasmado el proyecto "Puentes de Esperanza", que busca fomentar la integración social y desarrollo humano con propuestas socioeducativas, culturales, deportivas, artísticas y productivas.
Se trata de la flamante cara que muestra el ex centro educativo 492 cuyo establecimiento resurge para seguir en pie ofreciendo herramientas que ayuden a los concurrentes, a través de un abordaje integral, a superar problemáticas con la vista puesta en un horizonte de nuevas oportunidades.
El emprendimiento es impulsado conjuntamente por la Dirección de Proyectos Sociales del Ministerio de Desarrollo Social y la Municipalidad de Casilda, con intervención del gabinete social y en articulación con instituciones y organizaciones no gubernamentales, entre otros.
Aunque todavía no fue inaugurado oficialmente, ya funciona y se están desarrollando diversas actividades como talleres de arte y de capacitación en oficios y formación profesional, además de espacios deportivos y para la recreación.
Acompañamiento
El abordaje territorial es estratégico debido a que se realiza a través de equipos locales y tienen como principal función el acompañamiento y construcción de vínculos.
Asimismo está previsto implementar un sistema de becas especiales para quienes realicen las referidas capacitaciones al tiempo que se sumarán programas de educación como el Volver a Estudiar, entre otras acciones colectivas "con perspectiva de futuro para la reinserción e independencia".
El plan está pensado para que los jóvenes transiten dos años de experiencia de los cuales el primero apunta a la formación en capacitación laboral y educativa y el otro a la apertura de cursos de formación profesional y productiva además del seguimiento en el aspecto educativo.
En esta primera etapa se trabaja con grupos de 25 jóvenes de las localidades de Casilda, Los Molinos, Arequito, Chabás, Sanford y Fuentes.
"Esta iniciativa nació al inicio de esta gestión para darle utilidad a las escuelas rurales que se cerraban, por lo que dimos forma a la Dirección de Proyectos Sociales para empezar a trabajar en esa sentido", recordó el ministro de Desarrollo Social, Jorge Alvarez, en el marco de una visita al lugar que encabezó con el intendente casildense, Juan José Sarasola.
Atender la vulnerabilidad
El funcionario provincial ponderó la experiencia y manifestó la voluntad de replicarla en otras localidades santafesinas porque "la necesidad de atender la vulnerabilidad social es responsabilidad de todos y resulta indispensable trabajar juntos y en equipo desde diferentes niveles del Estado y, en este caso, junto a la cooperadora de la escuela y, fundamentalmente, de los jóvenes que se acercan para participar".
A su tuno Sarasola valoró el involucramiento de diferentes actores sociales para la concreción de este centro de día que se puso en marcha para estar al servicio de jóvenes que necesitan apoyo para salir adelante. El mandatario local dijo tener "muchas expectativas" en la obra realizada y manifestó "orgullo" de que se esté "abriendo una nueva esperanza, un lugar, donde los chicos ganan".
De la visita también participaron la titular de la Agencia de Prevención de Consumo y Tratamiento Integral de las Adicciones, Cecilia Nieto; el director provincial de Proyectos Sociales, Enrique Manjón; y los presidentes comunales de Fuentes, Melina Giorgi; de Los Molinos, Pablo Grgicevic, y de Sanford, Julián Gironelli, entre otros funcionarios provinciales y locales.