Por Gustavo Orellano
El reciente retorno del transporte urbano de pasajeros no tuvo la respuesta esperada en Casilda y hasta ya se evalúa ponerle fin a la frustrante experiencia que, sin embargo, podría haber encontrado otro resultado de haber sido encarada con un criterio más tentador para la población.
Si bien los días transcurridos desde el 12 de junio (cuando se implementó) fueron suficientes para comprobar que el servicio es utilizado por pocos vecinos, no es menos cierto que su forma de instrumentación no satisfizo las expectativas de la comunidad. Aunque la iniciativa surgida del gobierno municipal a instancias de un acuerdo con la empresa de transporte 33/9 no deja ser plausible, todo indica que le faltó previsión para no fracasar en el intento. Y hasta podría asegurarse, sin riesgo a equivocarse, que hubiese sido casi milagroso que tenga éxito el regreso del colectivo a esta ciudad cabecera del departamento Caseros.
Es que el esquema de recorrido para cubrir la demanda con cuatro frecuencias horarias por no sólo es insuficiente, sino que tampoco resulta conveniente ya que el tiempo de espera entre un colectivo y otro es demasiado y los ciudadanos terminan optando por movilizarse en bicicleta, taxis o remís, aunque le salga más caro.
"Lamentablemente es un fracaso porque no resuelve las necesidades de la gente que tenía ilusiones en la vuelva del colectivo urbano para que le facilite la movilidad dentro de la ciudad pero termino siendo un parche que no sirve para nada", coincidieron en señalar vecinos consultados por La Capital.
Representantes de la empresa que presta el servicio aseguraron al gobierno local que no viajan más de una veintena de pasajeros por día.
Así lo reveló el secretario municipal de Planeamiento Urbano, Fernando Sambrailo, quien además aseguró que de no revertirse el panorama, lo que parece improbable, "lamentablemente dejara de funcionar ya que para la empresa no se justifica sostener el servicio con tan pocos usuarios y el municipio no está en condiciones de desarrollar un transporte alternativo".
Prueba piloto
En pocos días se cumplirá el plazo de tres meses que se fijó la empresa 33/9 como período de prueba para evaluar el resultado del servicio que presta en Casilda para unir los puntos más extremos de la ciudad entre el hospital San Carlos y el cementerio San Salvador, afectando unidades que usa para realizar el trayecto Rosario-Carcarañá-Casilda, lo que cuenta con el visto bueno del área de Transporte provincial.
Se trata de la misma firma que cubre los recorridos que hacía Monticas hasta que el Estado le quitó la concesión tras el trágico accidente sobre ruta 33 entre Pérez y Zavalla y que dejo como saldo 13 muertos y cuantiosos heridos.
La semana próxima se realizará un nuevo encuentro entre autoridades municipales y de la empresa donde surgirían definiciones en torno a la continuidad o no del servicio que fue reactivado el 12 de junio.
En tal sentido cabe recordar que luego de dejar de funcionar en 2001 la histórica firma local de transporte La Casildense, popularmente conocida como "La Gringa", las experiencias posteriores no tuvieron éxitos al toparse con un negocio poco rentable.
Sin embargo la actual apuesta reflotó el optimismo al aparecer como una opción superadora que, sin embargo y al menos hasta ahora, terminó siendo más de lo mismo.
El tema preocupa y ya recaló en el Concejo Municipal donde una de las voces que sonó con fuerza fue la de la peronista Antonia Pierucci, impulsora de una ordenanza destinada a reactivar el transporte de colectivo urbano.
Si bien la edila acompañó, al igual que el resto de sus pares, la decisión de que la empresa 33/9 prestase el servicio al considerar que era un paso adelante que "no generaba gasto al municipio", admitió tener desde el primer momento la sensación de que "no iba a dar resultado al no haberse tenido en cuenta cuestiones que satisfagan las necesidades de los usuarios".
En ese sentido, apuntó a que "los horarios establecidos son cómodos sólo para la empresa pero no para quienes necesitan el colectivo para ir a trabajar o estudiar". Y advirtió sobre la incomodidad que significa para los vecinos de los barrios alejados del centro tomar el colectivo, ya que "le conviene ir caminando hasta el hospital o el cementerio que desplazarse hasta las paradas" para esperar el coche. "Así no es cómodo ni útil para nadie, y por eso los vecinos no lo usan", dijo la concejala, quien bregó por la posibilidad de redefinir con el Ejecutivo y la empresa un esquema que incluya cambios de horarios y recorridos "para que el servicio no quede sin efecto".