"No hay margen para la flexibilización, vamos a hacer cumplir el decreto provincial porque es nuestra obligación”, manifestó el intendente de Casilda, Andrés Golosetti, al sentar su posición respecto a las nuevas restricciones impuestas por el gobierno santafesino para dar batalla al avance de la segunda ola de la pandemia y tratar de descomprimir el saturado sistema de salud.
El mandatario casildense además indicó en una rueda prensa que existe una voluntad similar en el resto de las localidades del departamento Caseros.
Si bien aseguró que el municipio no tendrá una actitud “confrontativa” con los sectores que se ven afectados por las medidas restrictivas, fue contundente a la hora de señalar que habrá personal municipal afectado para velar por el cumplimiento de lo establecido.
Al mismo tiempo, llamó a la “reflexión” y pidió “un nuevo esfuerzo” ante la crítica coyuntura sanitaria, aunque sin desconocer que “seguramente habrá gente que se enojará”. No obstante, confió en la responsabilidad ciudadana y el “compromiso” de los comerciantes locales a los que definió como “hombres de bien”. Y desde ese lugar recordó que “cuando necesitaron de nosotros porque consideraron que las medidas eran excesivas estuvimos acompañándolos; ahora necesitamos de su reciprocidad”.
Golosetti dijo asumir con “firmeza” la responsabilidad que le cabe como máxima autoridad de la ciudad en el marco de la actual situación de emergencia. Y no ocultó el dolor que le causa lo que está sucediendo al sostener: “Soy un vecino más y cuando tengo que interactuar con sectores que se ven afectados les hablo como tal”.
El mandatario local insistió con la importancia de respetar las medidas impuestas para evitar que la situación se agrave aún más y desemboque en el “peor de los escenarios, que sería ver morir a nuestros vecinos sin haber tenido siquiera la posibilidad de tener una cama para la atención”, reflexionó.
El intendente casildense apuntó su mirada al “compromiso conjunto de la comunidad” para intentar frenar el impacto de la segunda ola de la pandemia y reducir la creciente curva de contagios que pone al límite de su capacidad de respuesta al sistema sanitario.
En tal sentido, resaltó que "las restricciones hay que respetarlas; sabemos el perjuicio enorme que ocasiona en un montón de actividades, pero somos empáticos y compresivos ya que llegamos a un estado de situación en el cual no tenemos demasiado margen para la laxitud o para ser leves o indiferentes a una realidad que nos golpea día a día".
“Apelamos a la responsabilidad y la conciencia, sabemos que todas las medidas son dolorosas pero si no las tomamos, las consecuencias pueden ser más dolorosas aún", insistió Golosetti.
Los controles previstos en Casilda contarán con el accionar de las fuerzas de seguridad, que marcarán presencia en la vía pública aunque no es un dato menor la limitante de que más de una veintena de efectivos de la Unidad Regional IV, con asiento en esta ciudad, no están prestando servicio al contraer coronavirus o bien ser contactos estrechos. Entre los policías que cursan la enfermedad se encuentra el propio jefe de la repartición, Hernán Ferrero, quien no requirió de internación y evoluciona favorablemente al punto de estar ya casi recuperado.
A pesar de compleja situación, el subjefe de la UR-IV, Sebastián Sanitá, indicó a la prensa local que se reforzarán los controles en “un trabajo mancomunado con la Municipalidad”.
Sobre las estrategias sanitaras para reducir los contagios en Casilda, el subsecretario municipal de Salud, Ariel Aquili, destacó la puesta en marcha de un operativo local de testeos rápidos para la detección precoz de casos positivos de Covid.
El objetivo es proceder al aislamiento rápido de las personas infectadas así como sus contactos a fin de bloquear la propagación del virus. Para ello fue entrenado un equipo de diez jóvenes que recorre distintos barrios de la ciudad bajo lo coordinación de profesionales del Sies. Al respecto, Golosetti sostuvo que “desde el municipio estamos teniendo una actividad proactiva a través de diferentes acciones”.