Un hombre de 43 años acusado de abusar sexualmente de su propia hija menor de edad en Casilda fue condenado a 12 años de prisión efectiva.
Por Gustavo Orellano
Un hombre de 43 años acusado de abusar sexualmente de su propia hija menor de edad en Casilda fue condenado a 12 años de prisión efectiva.
Así lo resolvieron este martes los jueces de primera instancia Alvaro Campos, Eugenio Romanini y Carlos Gazza en el marco de un juicio oral y público desarrollado en los tribunales provinciales de Casilda.
Martín A., fue hallado penalmente responsable en carácter de autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y aprovechamiento de la situación de la convivencia con la víctima, y amenazas simples, en concurso real.
El fiscal que estuvo a cargo de la investigación, Juan Pablo Baños, se mostró conforme con el fallo cuyos fundamentos serán dados a conocer en los próximos días.
Si bien el representante del Ministerio Público de la Acusación (MPA) casildense había solicitado una pena de 20 años, rescató la sentencia dictada en forma unánime por los magistrados ya que “valora los testimonios brindados durante el debate y da por probado que el imputado abusó de su hija en forma continuada, tal como lo sostuvimos desde el inicio del juicio”, dijo a La Capital.
El funcionario del MPA le atribuyó al condenado haber sometido sexualmente a la víctima en reiteradas oportunidades desde 2017 cuando tenía entre 11 y 12 años. Y además le achacó haber amenazado a su ex pareja para “atemorizarla”.
La investigación se inició en noviembre de 2017 a partir de una denuncia radicada por la madre de la nena en la Comisaría de la Mujer, luego de que le contara que una noche fue abusada por su padre mientras estaba a su cuidado.
Su relato adquirió aún mayor fuerza cuando al ser examinada por un médico forense manifestó que, en realidad, su progenitor la había abusado dos veces. Sin embargo, al momento de exponer su versión ante Cámara Gessel sostuvo que mintió y que adoptó tal actitud porque su padre no quiso pagarle el viaje de estudios.
Lo expuesto limitó la investigación que recién pudo avanzar en septiembre de 2019 cuando la nena se animó a denunciar, en compañía de un tío materno, de que su padre había amenazado a su madre. Y en ese contexto terminó admitiendo que no había dicho la verdad cuando que fue entrevistado en Camara Gessel debido a presiones intrafamiliares, como presumía Fiscalía, y por temor a que su hermanita de por entonces 5 años perdiera la presencia de su padre si terminaba preso.
Pero su aporte sumó aún más contundencia al revelar que no solo fue abusada dos veces, como había manifestado inicialmente, sino reiteradamente durante dos años.
Ello allanó el camino para acelerar el proceso investigativo que condujo al juicio que culminó con una sentencia condenatoria contra el abusador que, hasta tanto la condena quede firme, seguirá con prisión domiciliaria y gozando de salidas laborales.
Baños, se mostró confiado en que el fallo, de ser apelado como todo indica, sea ratificado en segunda instancia ya que “existen elementos suficientes para que así ocurra”, indicó, para luego explicar que su requerimiento de una pena mayor a la impuesta se basó en que el abusador "no solo generó un daño enorme a la víctima sino a toda la familia al romper los lazos con su delictivo accionar".
El fiscal, finalmente aclaró que "no se da a conocer la identidad completa del condenado para preservar a la victima ya que lleva su mismo apellido".