Desde hace tiempo las redes sociales se convirtieron en una herramienta de comunicación que facilita la promoción y comercialización de productos al llegar, a través de diferentes formatos, a miles de personas o seguidores.
Por Gustavo Orellano
Desde hace tiempo las redes sociales se convirtieron en una herramienta de comunicación que facilita la promoción y comercialización de productos al llegar, a través de diferentes formatos, a miles de personas o seguidores.
Pero esta suerte de estrategia de marketing digital que apunta a un amplio mercado puede tornarse peligroso de no tomarse precauciones. Y más aún cuando la difusión tiene como fin la venta de alimentos cuya procedencia carece de controles.
En Casilda son cada vez más frecuentes las promociones virtuales vinculadas especialmente a la oferta de lechones, corderos, cabritos o pollos, lo que se incrementó en los últimos días ante la proximidad de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
El fenómeno de la venta de alimentos por redes sociales es de tal magnitud en esta ciudad cabecera del departamento Caseros que el municipio alertó a la comunidad para prevenir problemas sanitarios.
La iniciativa surgida desde el Area de Seguridad Alimentaria Casilda (Asac) no sólo visibiliza una situación riesgosa para la salud pública sino que intenta ser aleccionador para desalentar conductas de consumo que puedan generar consecuencias indeseadas.
Aunque para esta época del año es, al menos en muchas localidades agrarias del interior santafesino, una práctica casi habitual la compra de algún "lechoncito de campo" u otros animales criados y faenados de forma casera no deja de resultar un comportamiento arriesgado.
Y esa conducta que aún, pese a las advertencias de los problemas que puede causar, está aceptada culturalmente termina acentuándose con la irrupción de publicaciones en Facebook u otros dispositivos virtuales donde particulares ofrecen distintos alimentos.
"Hola gente tengo lechones para las fiestas", reza uno de los tantos mensajes dirigidos en las redes hacia potenciales consumidores, lo que amplía la oferta al sumarse a la ya conocida y no menos peligrosa publicidad callejera del "boca a boca" que, sin más argumento que la confianza, también estimula la compra de carnes o chacinados producidos por particulares fuera del circuito legal.
Alimentos no controlados
"En muchas de estas publicaciones se puede ver que los animales son faenados y/o comercializados en condiciones higiénico-sanitarias inadecuadas, en predios o edificios no habilitados y sin los controles necesarios que determinan la obtención de alimentos seguros".
Así lo advirtió Asac, que además destaca que "esta modalidad de oferta de alimentos no seguros por las redes sociales alcanza también a ensaladas de fruta, verduras, panificados y (productos) para regímenes especiales, entre otros".
En tal sentido remarca "la importancia de adquirir productos que provengan de establecimientos habilitados por las autoridades competentes y que cuenten con los certificados correspondientes" al tiempo que recuerda que "el consumo de productos cárnicos y alimenticios en general no seguros pone en riesgo la salud de los consumidores".
Y en esa línea destaca que "la salud pública es una construcción social que necesita la participación y el compromiso de todos".
Para el director de Asac, Emanuel Riguero, es "fundamental desalentar este tipo de prácticas porque es dañina para la sociedad desde todo punto de vista ya que alienta la competencia desleal, es perjudicial para la salud y favorece la clandestinidad". El funcionario explicó que "la venta de productos en establecimientos no registrados impide llevar adelante controles de trazabilidad que velen por la seguridad alimentaria, razón por la cual es clave que el Estado asuma la función que le corresponde para evitar problemas".
A ello se suma que el Asac también acentuó los controles en la venta de productos en carnicería y otros locales comerciales de venta de alimentos con el mismo objetivo sanitario. Cabe recordar que en Casilda y la zona se registraron casos de triquinosis como consecuencia del consumo de carne cerdo o embutidos de dudosa procedencia. Y en un frigorífico de la zona de Pérez fue detectado recientemente un lote de cerdos ya faenados que estaban infestados con larvas del parásito causante de la enfermedad, lo que permitió evitar que lleguen al mercado para su consumo. El operativo fue realizado conjuntamente entre Senasa y el área de sanidad de control municipal.