La novia de Cobos y la renuncia de Caputo

Miércoles 26 de Septiembre de 2018

A esta altura no quedan dudas que la responsabilidad por lo que sucede en la Argentina hay que buscarla más en la política doméstica que en la crisis de Turquía, la suba de tasas de interés en los Estados Unidos o la guerra comercial entre las principales potencias industriales.

En medio de la crisis financiera y económica que padece el país y con la necesidad de que el gobierno recupere confianza doméstica e internacional, dos situaciones distintas pero con el denominador común de mala praxis política e institucional, abonan el terreno con fango en que se ha convertido la Argentina.

En el primer caso, el ex vicepresidente y actual senador nacional del radicalismo, Julio Cobos, utilizó su posición y relaciones en la Justicia mendocina para lograr que su novia, Natalia Obon, sea nombrada como secretaria en la sala B de la Cámara Federal de Apelaciones de esa ciudad, un cargo que la dejaba en carrera más que expectante para llegar a convertirse en jueza. Lo irritante de la situación es que la designada tiene pocos meses de recibida como abogada y nula experiencia en la Justicia. ¿Cómo se le explica este accionar a los miles de abogados de todos los fueros del país que transitan por años la carrera judicial y van avanzando lentamente en función de sus méritos y a través de concursos?

Cuando el escándalo llegó a los medios masivos, que cumplieron su función primaria de informar lo que el poder quiere ocultar o que pase desapercibido, la novia de Cobos tuvo que renunciar sin siquiera haber asumido su nueva función. Claro que inmediatamente el senador Cobos volvió en tiempo récord a restablecer a su pareja en el cargo de asesora del Senado, cuando en realidad la salud republicana hubiera aconsejado que se vaya a su casa y no siga viviendo del Estado. En menos de 48 horas el senador Cobos, famoso por el "voto no positivo" y con sueños presidenciales luego frustrados, privilegió su interés particular, con aires feudales típicos del nepotismo, para favorecer a su novia. Lo grave no sólo es la prebenda para su pareja ni la abultada suma salarial que el Estado iba a pagarle, sino la calidad de los funcionarios judiciales que llegan a los lugares de gran preponderancia. Los argentinos después nos preguntamos cómo es posible que la Justicia Federal haya tenido un juez como Norberto Oyarbide, entre tantos otros que han figurado en servilletas de ministros o fueron designados por favores políticos para lograr blindaje judicial en maniobras poco transparentes de los funcionarios de turno. Con esta forma de actuar contraria a la ética más elemental, que es sólo una pequeña muestra, ¿qué hubiera hecho Cobos si llegaba a la Presidencia como alguna vez un sector conservador del país intentó impulsarlo sin éxito? Inimaginable.

"Los argentinos después nos preguntamos cómo es posible que la Justicia Federal haya tenido un juez como Norberto Oyarbide"

En el segundo caso, que puede calificarse como "fuego amigo" el presidente del Banco Central, Luis Caputo, muy cercano al presidente, anunció sorpresivamente su renuncia. No lo hizo un día cualquiera, sino cuando Macri está de gira por los Estados Unidos tratando de convencer al establishment norteamericano que lo que ocurre en la Argentina es una tormenta y que la calma retornará al país en el corto plazo. Además, la dimisión se hizo pública en medio de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que están a punto de cerrarse en un nuevo acuerdo y que en pocas horas se espera se anuncie. El lunes a la noche la titular del FMI, Christine Lagarde y el presidente Macri compartieron en Nueva York la misma mesa en una cena del Atlantic Council, un "think tank" estadounidense que promueve la construcción de estrategias para crear un mundo más seguro y próspero. Más allá de la ocasión o del elegante menú, la foto de Lagarde y Macri juntos fue toda una señal política en vísperas del acuerdo con el FMI. Ayer, y con el paro nacional, Caputo renunció y esa foto se resquebrajó. Regresó la incertidumbre y el precio del dólar volvió a subir después de varios días de calma. Macri seguramente se estará replanteando el concepto de amistad. Caputo lo abandonó en medio del océano en el momento menos oportuno. ¿Eran tan amplias las diferencias (conocidas por todos) entre Caputo y Dujovne como para que la renuncia no pudiese haber esperado al anuncio del acuerdo con el FMI? Salvo que el alejamiento de Caputo haya sido una firme exigencia del FMI para sellar la negociación con la Argentina. Es una interpretación posible.

Sin embargo, Caputo parece haber privilegiado su situación personal y no la del conjunto para elegir el peor día para alejarse del gobierno. ¿Despecho, ego, ineptitud o grosera equivocación?

Los casos de Cobos y Caputo, distintos aparentemente, tienen un factor común: la mala praxis de quienes ocupan importantes lugares de poder político, algo que se viene repitiendo sin solución de continuidad en la Argentina desde hace décadas. Con este escenario, todo se torna más difícil y de pronóstico incierto.