Como si la pandemia no existiese, como si la cuarentena y el parate no le hubieran hecho efecto. La rosarina Nadia Podoroska volvió al circuito como cuando se fue. En llamas. Metió un triunfazo en la última ronda de qualy del WTA de Palermo y se instaló en el cuadro principal para quedar a sólo un triunfo de su mejor ranking. Es más, hoy se cumple un año de su histórica medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima. Como para celebrar doble. Y ayer, un año también del hecho aún más trascendental conseguido por la Rusita en la capital peruana: la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, postergados para 2021 por el Covid-19.
En Podoroska (172° del mundo) estaba depositada buena parte de la mirada del tenis argentino porque se trataba de la primera tenista criolla en volver a competir tras las suspensiones por la expansión del coronavirus. Y también lo estaba la del deporte argentino en general por ser justamente la primera “olímpica” en volver a la competencia. Mejor no podía volver. Ganó los tres partidos de qualy de Palermo, Italia, y se metió en el main. Ayer, el triunfo fue superlativo porque enfrente tuvo a la francesa Océane Dodin (116ª), quien en 2017 llegó a ser la 46 del mundo. Por eso, el encuentro fue un partidazo: 2/6, 6/4 y 6/3 en dos horas y 13 minutos de palo y palo.
La Rusa rosarina, de 23 años y quien en los primeros meses del 2020 atravesaba el mejor inicio de temporada de su carrera, estaba en México cuando el circuito profesional quedó suspendido. Así que abandonó el país azteca de inmediato y voló a Rosario, donde pasó el aislamiento preventivo y obligatorio impuesto por el gobierno nacional junto a su familia. Entrenó como pudo para mantenerse en forma, con métodos caseros y creativos hasta que hace poco más de un mes pudo viajar a España para reinstalarse en Alicante, donde reside hace un año y medio con el fin de darle impuso a su carrera. De allí son sus entrenadores argentinos, Mariano Redondi y Juan Pablo Guzmán. Tras cumplir la cuarentena, Nadia volvió a practicar y se anotó en Palermo como primera competencia, la que también marca el reinicio del tenis profesional. Venció en fila a la húngara Réka Luca Jani (201ª) por 6/3 y 6/1, a la belga Ysaline Bonaventure (122ª) por 6/3, 5/7 y 6/3 y a Dodin. Hoy, desde el mediodía tendrá enfrente a otra francesa, de su misma edad, pero 53 del ranking, Fiona Ferro.
El escollo de Podoroska en el inicio del cuadro es complicadísimo, pero a esta altura ya no sorprendería si da otro batacazo. Hace rato, que pese a los números, la rosarina demuestra por qué es la mejor tenista de Sudamérica. Desde aquella medalla de oro en Lima Nadia no paró de crecer en su nivel aunque al principio le costó cargar con ese logro histórico, lo que le originó un par de traspiés. Lo que en aquel momento se erigió como la revalidación de un punto fuerte que traía desde chiquita, la mentalidad, de nuevo aquí se vio sobre la mesa.
En 2017 y luego de que en la segunda parte de 2016 viviera el mejor momento de su carrera, metiéndose en el cuadro del Abierto de EEUU de mayores, llegó a ser 158ª del mundo, su mejor ubicación. Luego vinieron cadenas de lesiones que la relegaron, aunque hoy, de ganar, superará aquello. Incluso otro dato muestra el valor de lo que está haciendo la rosarina en el tenis femenino: es la única no europea en jugar este cuadro de Palermo en el que las 8 preclasificadas están entre los puestos 17 y 27 del ranking.
En 2020 la Rusa ganó los títulos W25 de Malibú y Petit Bourg, cumplió con otra gran actuación en Newport y volvió a un cuadro de WTA en Monterrey. Sumó 14 triunfos seguidos y sólo perdió tres partidos. Como si fuera poco lideró al equipo argentino en la Zona Americana de la Fed Cup, en Santiago de Chile, y llevó al equipo nacional a clasificar a los playoffs por el ascenso al Grupo Mundial II, serie que iba a tener lugar en abril, en San Juan ante Kasajistán, pero se postergó por la pandemia. Fue la figura.
Hoy, a un año de aquel triunfo inolvidable en Lima, en el que se coronó con la medalla dorada, la Rusa rosarina intentará seguir poniéndole impronta y sello a una carrera en ascenso permanente. Como si esas ganas por jugar que se acumularon en cuarentena hubieran eclosionado. Así volvió Nadia al circuito. En Llamas.
UN TORNEO ESPECIAL
El WTA de Palermo es quizás uno de los torneos más famosos de este año. ¿Por qué? Porque representa el primero en la vuelta a la competencia del tenis profesional. Y no sólo se habla de tenis. Cómo convivir con la pandemia es la gran cuestión. De hecho, una jugadora dio positivo de Covid-19 al llegar y ser testeada, la organización del torneo lo hizo saber y activó protocolos (sin dar a conocer el nombre), pero sin suspensión, idea que se busca mantener en este reinicio.
Nadia, por su parte, contó que además de los protocolos obligatorios, ella aplica los suyos, como solicitar comida a la habitación y permanecer allí lo máximo posible para evitar aumentar riesgos por circular en espacios comunes. Y por otro lado remarcó que se siente “privilegiada” por poder haber vuelto a hacer lo que más ama.
A UN AÑO DE LA MEDALLA SOÑADA
Hace un año Nadia Podoroska hizo historia grande en el tenis nacional, al consagrarse en los Juegos Panamericanos de Lima. Se convirtió así en la tercera mujer argentina en ganar la medalla de oro detrás de (ni más ni menos) Mary Terán de Weiss, en Buenos Aires 1951, y Florencia Labat, en Mar del Plata 1995. De esa manera también selló sus días inolvidables en la capital peruana en la que un día antes se aseguró la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio (pospuestos para 2021).
En el partido infartante de la definición, la rosarina venció a la estadounidense Caroline Dolehide por 2/6, 6/3 y 7/6 (4) y tras levantar un 0-4 en el tercer set y un 0-4 en el tie break. “La Rusita de oro”, tituló Ovación la crónica que dio cuenta de una jornada gloriosa y que aún hace eco por estos días.