“En mis 43 años es la primera vez que figuro en la Ansés. Nunca tuve un
trabajo en blanco, vacaciones pagas, aguinaldo ni obra social. A mi hija de 2 años, por suerte, sí
la tienen en cuenta, aunque yo esté desocupada”. El comentario es de María Cristina Caruso,
madre de una recién nacida y otra chiquita, discapacitada. Sus hijas son dos de los 100 mil niños
cuyos padres ya reciben la Asignación Universal por Hijo para la Protección Social (AUH) en
Rosario.
A seis meses de comenzar a cobrarse este subsidio mensual de 180 pesos
(en rigor se pagan 144 y el resto se abonará cuando los padres cumplan con los requisitos de
escolaridad y vacunación de sus hijos) el impacto se hizo sentir en la región. Son casi 15 millones
de pesos que se vuelcan en la ciudad (seis veces el fondo sojero que recibe el municipio) y van
directamente al consumo de alimentos. El Centro Unión Almaceneros da cuenta de esto al sostener que
creció la venta de algunos productos en los barrios. También hay indicadores favorables en
Educación, donde se afirma que se detuvo la deserción escolar.

























