"A la madrugada voy a la puerta de mi casa y encuentro una nota donde me piden plata y ponen mi número de documento y los datos de dos feriantes más". Palabras más palabras menos esto relató a La Capital, M.C, una de las mujeres con un puesto de la populosa Feria del Tanque (Roullión y Maradona) que hace más de una década se levanta en zona oeste.
La feriante asentó la denuncia en la seccional Nº 19 tras recibir una amenaza en un papel bajo la puerta de su casa.
"Si quieren seguir trabajando tienen que pagar 500.000 pesos. No se hagan los boludos, direcciones, familiares, días de trabajo y horarios. Sabemos todo" (Sic). Así se lee el mensaje en un papel que se escribió en un cuaderno oficio, a rayas, con birome azul y un garabato debajo, como dando formalidad, a manera de firma.
La mujer dijo estar con miedo por su familia y conectó este hecho al ocurrido el 14 de mayo pasado cuando se registraron tiros, piedrazos y amenazas en la masiva feria.
En esa oportunidad la amenaza había sido en el lugar, minutos antes del mediodía y con disparos incluidos: "Si no nos pagan, los vamos a matar a todos", dijeron quienes intimidaron en moto y con cascos a los feriantes no sin antes retirarse llevándose varios celulares.
Ese domingo de hace diez días el escenario de venta informal se interrumpió con disparos, corridas y piedrazos hacia los intimidadores, que prometieron regresar.
"Se aparecieron delante del puesto y me dijeron que para trabajar ahí les tenía que pagar a ellos todas las semanas. Primero creí que era una broma, porque nunca me había pasado algo así, pero de pronto vi que uno de ellos comenzó a forcejear con mi hija y le disparó", narró la dueña de uno de los puestos.
>>>Leer más:Tiros, piedrazos y amenazas en una masiva feria de la zona oeste
El disparo no hirió a la jovencita de 17 años, que quedó tendida en el piso, pero la mujer vio que el otro atacante apuntó para dispararle también y se trenzó en lucha. Hubo gritos, más disparos y los dos sujetos comenzaron a robar celulares del puesto.
Alertados por los tiros, los otros feriantes comenzaron a arrojarles piedras a los atacantes, que huyeron no sin antes amenazarlos a todos.