Una vez más los rosarinos se dieron cita en la costa para dar la bienvenida al año y formar parte de la Caravana de los Deseos. Algunos lo hicieron desde sus embarcaciones y muchos desde la ribera. A las 21 se encendió el cielo con un impresionante espectáculo de fuegos artificiales que iluminó la ciudad durante 15 minutos.
"Esta es la fiesta de la ciudad" dijo más de uno de los que estaban ayer en el parque a la Bandera mientras esperaban a las embarcaciones que salieron desde Costa Alta encabezadas por el barco Ciudad de Rosario.
Más de seiscientas embarcaciones entre veleros, yates, lanchas, gomones y botes a remo acompañaron al Ciudad de Rosario, que este año llegó junto con el Delta Queen, la nave que trasladó a destacados deportistas de la ciudad para promocionar la postulación de Rosario como sede de los Juegos Panamericanos 2019.
Con la gente apostada en la costa, las naves salieron desde la Florida y a las 20 arribaron a la Fluvial. Para esa hora, el parque a la Bandera y el Monumento ya estaban colmados de rosarinos y foráneos que quisieron disfrutar de la caravana. Entre otros estuvo un grupo de 30 chicos de una escuela del Impenetrable, Chaco, así como gente de localidades vecinas.
No faltaron extranjeros que visitando la ciudad no quisieron perderse el espectáculo.
Los deseos encofrados. Mientras el público, formado por grupos de amigos, jubilados, y familias esperaba la llegada de las embarcaciones, muchos se acercaban al escenario, dispuesto para la ocasión, donde se encontraban los cofres de los deseos. Allí depositaban sus anhelos para este año, con la esperanza de que al ser lanzados al río se hagan realidad.
Salud, trabajo, seguridad, paz, mayor entendimiento entre los argentinos y que todos los rosarinos quieran más a su ciudad, fueron algunos de los miles de deseos que expresaron los participantes. Y ninguno pudo ocultar que lo que más le gusta son “los fuegos artificiales”.
Sentadas sobre una lona con sandwiches, mate y gaseosas, Carina y Cintia Lares llegaron desde zona sur temprano para disfrutar del río y de los fuegos. Las dos, junto a sus hijos, pidieron paz para el mundo.
Muy cerca había una pareja de Buenos Aires cuyo deseo fue “que la familia se mantenga unida”. Y un grupo de estudiantes de 20 años suplicó “que se termine la inseguridad y que baje la inflación”.
Norma Manfredi, de 80 años, esperaba la llegada de las naves de pie. “Pido salud y trabajo para todos y que los argentinos seamos más unidos”, deseó la mujer.
Las barcas arribaron con bocinas y aplaudidas por la multitud. Luego se lanzaron los cofres al río y por fin se dispararon fabulosos fuegos artificiales tan esperados por la multitud.