Carlos Acuña, triunvirato de la CGT, fue ayer el anteúltimo orador en el acto docente. Ni bien empezó su discurso, una consigna coreada por la multitud, frente al palco, lo tapó: "Paro general / paro general". "Ya lo tenemos al paro, quédense tranquilos", contestó el sindicalista de los empleados de Estaciones de Servicio, sin incomodarse. Apenas unas horas después y luego de un encuentro de la mesa chica de la CGT, Juan Carlos Schmid, también miembro del triunvirato de la central obrera, avanzó un poco más: "El paro será el 31 de marzo o los primeros días de abril".
El orador final en un palco improvisado sobre un camión, en pleno mediodía porteño, fue el ex maestro Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores), que le advirtió al gobierno por qué un plan de lucha de los maestros, en todo el país, tiene muchas chances de ganarse el afecto y la solidaridad de amplios sectores. Y de terminar triunfante: "La escuela pública está en la raíz de la utopía social de los argentinos", definió Yasky.
Si el gobierno nacional levantó ayer la cabeza, y la mirada, quedó preocupado. Fueron decenas los asomados que saludaron el paso de la columna compacta de más de ocho cuadras, con 50 mil docentes pidiendo paritarias nacionales.
"Esto recién empieza", fue la sincera advertencia que los dirigentes sindicales se encargaron de dejar claro, a propios y a extraños. Se sabe, todo conflicto sindical de largo aliento se resuelve con la empatía que consigan, o no, los sectores en pugna con el resto de los mortales: en este caso, con los trabajadores argentinos que no son docentes.
Y ese factor clave para vencer en esta pulseada gobierno-docentes, ayer lo empezaron a tener de su lado los maestros. Uno a cero para los de guardapolvo blanco.
La gigantesca movilización matinal que sorprendió a Buenos Aires, tuvo en Sonia Alesso, secretaria general de Ctera, a una de sus voces. Clara, y encendida, Sonia le habló a una audiencia como nunca antes había tenido frente de sí: "Nos tiran con lenguaje bélico, nosotros les decimos que nuestros muros están llenos de palabras hermosas; que no nos arrodillamos, que marzo será un mes que vibrará en nuestros corazones; y que sin paritaria nacional docente, pondremos el plan de lucha de los maestros dentro y fuera de la escuela, con alumnos, padres, y todas las organizaciones sociales. Y un nuevo paro de 48 horas".
La santafesina abrió la lista de oradores que incluyó a un representante por cada sindicato nacional (Ctera, UDA, Sadop, Amet y CEA), y luego al cierre, los dos representantes de la centrales obreras.
La concentración arrancó desde la zona del Congreso, sobre la avenida Entre Ríos, y antes de mediodía se puso en marcha por Callao, hacia el Norte. Colores de provincia y decenas de organizaciones gremiales distintas caminaron hasta estacionar la cabecera de la manifestación a la altura del 950 de Callao. Los manifestantes, muchos del interior de la Argentina, fueron debutantes en las calles, al menos sobre el asfalto de la Capital Federal. Entre consigna y consigna, cantito y cantito, se sacaban fotos en los portales de los edificios emblemáticos; día histórico para muchos.
Todos los oradores repudiaron las amenazas de muerte que viene recibiendo el dirigente gremial Roberto Baradel; las palabras despectivas que insólitamente pronunció el presidente Mauricio Macri por cadena nacional, el pasado 1º de marzo, contra sindicalista, fueron, por lo demás, centro de repudio.
El voluminoso y pelilargo "Robi" ayer no habló en el acto, pero fue el más requerido por todos los manifestantes. Media hora después del fin de los discursos, el líder del sindicato Suteba (provincia de Buenos Aires) seguía sacándose fotos con compañeros.