En pocos días, la Municipalidad pondrá en marcha un original proyecto: una máquina flotante encargada de limpiar el Ludueña. El dispositivo mecánico, que comenzó a diseñarse y construirse hace un año, se pondrá en funcionamiento este mes y trabajará de manera sostenida en la desembocadura del arroyo en la contención y recolección de residuos flotantes.
El "Sabalito Barredor del Ludueña" está ploteado como uno de los peces característicos del Paraná, que se alimenta "chupando" los sedimentos del fondo del río, y va a operar en la zona adyacente al fin del entubamiento, donde el arroyo vuelve a correr al aire libre. La idea es que la basura que viene arrastrando durante toda su extensión no llegue al río y de esta forma construir un curso de agua con calidad ambiental para las personas,la flora y la fauna del Paraná.
El dispositivo recoge bolsas y envases de plástico, telgopor, latas y cualquier otro desecho que flote. La basura se atrae a la "boca" gracias a dos barreras flotantes de contención,que funcionan como brazos y acercan la basura. Allí se activa una cinta transportadora perforada en la que se enredan los objetos y se levantan. La cinta lleva lo recogido por la correa hasta una tolva, por la que todo entra a un contenedor. Una vez que este recipiente se llena, es remolcado a la orilla.
Funcionará en principio con energía eléctrica, pero está en proceso la implementación de paneles solares como fuente secundaria de alimentación. Calculan que tiene una capacidad de recolección de residuos de 5 metros cúbicos por hora.
Se trata de un desarrollo 100 por ciento local, basado en el prototipo de una máquina comedora de basura (bautizada "Mr. Trash Wheel"), que se implementó en la ciudad estadounidense de Baltimore para limpiar el puerto. La existencia del innovador aparato se articuló mediante un convenio entre el Estado y empresas privadas que están asentadas en la zona: el laboratorio Green Lab, el shopping Portal, Sorrento Open Club, Puerto Ludueña (que concesiona la constructora Obring) y Guardería Los Marinos.
Los privados fueron quienes invirtieron los 35 mil dólares que costó armar el Sabalito y ponerlo en funcionamiento, y de la operatividad se encargará el municipio, que destinará el personal necesario para manipularlo, a razón de uno por turno. El Estado también tendrá a su cargo la responsabilidad de recolección y disposición final de los residuos que se recolecten. La prueba piloto se desarrolló esta semana.
Según la secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello, el proyecto surgió "dentro del programa municipal de Voluntariado Ambiental, en una jornada en la que se realizó una limpieza del arroyo con un grupo de 50 personas que se inscribieron para participar y efectuaron toda la tarea a mano".
La iniciativa intentó generar un mecanismo permanente de mantenimiento del curso de agua, "que es fundamental para cuidar la biodiversidad".
Borgatello detalló que la basura que se reúna en la superficie del arroyo será tratada en el circuito de reciclaje que tiene el municipio.
"Todo se enviará a la planta de clasificación para que se separe lo que sirva para la planta de compostaje, y lo que sea reciclable irá a la planta de residuos secos que está en construcción", explicó.
También analizarán la basura para ver qué tipo de objetos se retiran, y así enfocar mejor las campañas de concientización.
La secretaria de Ambiente menciona que en este momento el Ludueña no tiene "grandes dificultades", pero que estacionalmente se llena de residuos, según cuán crecida se encuentre la cuenca.
Por ello, la idea es que si es necesario el Sabalito funcione todos los días cuando arrastre mucha basura.