Salvia para el estómago, caléndula para la piel, romero como repelente natural y energizante y otras "yerbas" como la artemisa, el taco de reina y la lavanda pueblan un largo cantero de huerta medicinal a la entrada del Hospital Carrasco, una institución centenaria de la salud pública municipal que desde hace varios años apuesta a la medicina natural que proporcionan los principios activos de determinadas plantas para aliviar síntomas físicos y también amarguras y tristezas.
Eva Orrego, enfermera de profesión y desde hace un tiempo a cargo de ese espacio, conoce cada planta y cuenta con pasión y sabiduría sus propiedades y modos de uso: "la planta en si misma es medicina, si entendemos que estar cerca de la tierra ya es algo que ayuda a sentirse mejor. No sólo cura el remedio, cura también el afecto que se transmite a través de las plantas", explica mientras comparte las propiedades repelentes de la albahaca y todo lo que la salvia puede hacer para mejorar cuestiones odontológicas.
El director del hospital, Horacio Crespo, aclara que desde hace al menos 20 años existen espacios de huertas medicinales en diferentes centros de salud de Rosario, aunque fue a partir de una ordenanza de 2008 que esta práctica se formalizó con la creación del programa de Medicinas Tradicionales y Naturales.
"La reglamentación llegó como fruto de un trabajo de años" explicó Crespo, cuya institución alberga desde ayer y hasta el viernes próximo la "Semana de la Hospitalidad" con la idea de ofrecer actividades culturales relacionadas con la salud desde una visión amplia que supere la idea de la separación entre doctor y paciente, y hospital y comunidad.
Las huertas que funcionan en el jardín de la institución, tanto la medicinal como otra de producción de alimentos agroecológicos que está a cargo del grupo Huertarteando avanzan sobre esa idea de integrar al viejo hospital, antiguo leprosario, con el barrio y sus trabajadores.
"Es muy interesante que un servicio de salud que en general se rige por un paradigma lineal incorpore otras actividades como las huertas que permitan entender que las relaciones sociales son más complejas e integradas", agregó el especialista, quien resaltó que se trata de iniciativas totalmente abiertas a la comunidad de vecinos.
La farmacia en el huerto. Existe un saber ancestral transmitido por generaciones sobre las propiedades curativas de las plantas, durante largos años bastardeado por una concepción ortodoxa de la medicina y la farmacología que sólo acepta como válido lo producido en un laboratorio.
Según Orrego, ese saber siempre fue cercano al mundo de los enfermeros, que muchas veces lo traen por herencia familiar o simplemente por el hecho de estar en contacto permanente con los enfermos, sus dolores y los remedios caseros que les preparan sus familiares para aliviar los síntomas.
"Yo creo que los enfermeros siempre usamos estas recetas naturales, que desde hace un tiempo por suerte también empezaron a incorporar los médicos", dice mientras relata las propiedades estomacales de la infusión de salvia y de la caléndula, que además de sus propiedades para curar lesiones en la piel puede utilizarse como potente antibiótico.
Las plantas, explica, no tienen una sola propiedad como los remedios sino que cuentan con principios activos que cubren un espectro amplio, y que también ayudan a mejorar estados de ánimo asociados a patologías como el enojo, la angustia o la tristeza.
El romero y el tomillo, muy utilizados en la cocina, sirven para mejorar los síntomas del resfrío y son al mismo tiempo infusiones energéticas que ayudan a mejorar el ánimo y a repeler las malas energías. Esas que, a veces, enferman tanto como los virus.