El "costo de vida popular" es un trabajo que, desde hace un año, realiza el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) para el equipo de la diputada nacional Lucila De Ponti.
Los informes son trimestrales y toman como referencia una canasta de alimentos pensada para los sectores populares. El relevamiento de precios se realiza en cuatro barrios representativos de Rosario, como son los de Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo.
El indicador del costo de vida de sectores populares corresponde a la medición y seguimiento de una canasta formada por 37 alimentos. Para el resto de los componentes del consumo de las familias, como la indumentaria y servicios, se efectúa un cálculo indirecto mediante coeficientes de Engel, es decir, la relación que existe entre los gastos alimentarios y los gastos totales en una población.
En base a esos datos, para el mes de junio una familia del sector popular de Rosario necesitó para vivir 22.387 pesos. Y para cubrir solamente las necesidades básicas alimentarias, un hogar precisó en ese mes 9.076.
Ambas cifras son superiores a las últimas mediciones del Indec. Para el organismo nacional, una familia formada por dos adultos y dos niños necesitó en mayo percibir ingresos por 18.833,55 pesos para abonar bienes y servicios que integran la canasta básica total. En el caso de la canasta alimentaria, ese mismo grupo familiar requirió ingresos por 7.473.
Según aclara el trabajo, el costo de vida no debe confundirse con lo requerido por la sociedad para una vida digna y sin restricciones. Se trata del dinero necesario requerido para un determinado nivel fijo de vida.
Los sectores de menores ingresos destinan una porción mayor de su presupuesto a bienes de primera necesidad, no formando parte de dicho presupuesto otros gastos que podrían considerarse "de lujo". Asimismo, las compras se hacen en su mayoría en comercios de proximidad como almacenes o quioscos de barrio, quedando al margen de las ofertas de grandes supermercados o ferias (ver aparte).
Según pasan los años
De acuerdo al trabajo, en junio del año pasado una familia de un barrio popular de Rosario necesitaba 18.314 pesos para cubrir su canasta básica total. Actualmente necesita 4.069 más, lo que representa un aumento del 18,87 por ciento en el año.
Este aumento se percibe en toda su dimensión cuando se lo compara con lo que representan los ingresos de esas mismas familias. Por ejemplo, destaca el informe del Ceso, el salario mínimo vital y móvil (9.500 pesos) alcanza a cubrir tan solo el 42 por ciento del costo de vida de un hogar. Hoy dicho ingreso sólo llega a satisfacer las necesidades básicas alimenticias de una familia de un barrio popular de Rosario, quedando sólo $424 para atender las necesidades de vestimenta, vivienda, salud, educación o transporte.
El haber mínimo de un jubilado (de 8.096 pesos tras el último aumento del 5,69 por ciento otorgado en junio) sólo permite alimentar a una persona, que tendrá apenas 5.136 pesos para poder cubrir el resto de sus costos fijos mensuales como pagar servicios, transporte y comprar remedios.
Los asalariados tampoco la pasan mejor.
El trabajo advierte que un obrero de la construcción (para un oficial jornalizado con trabajo estable de nueve horas diarias) tiene un salario mensual 19.575 pesos. Esta cifra no alcanza para cubrir la canasta básica familiar de consumo modesto. Para llegar a cubrir esta canasta un obrero de la construcción debería trabajar más de 11 horas diarias.
El salario promedio de los empleados de comercio, que ronda los 18.225 pesos de bolsillo, alcanza para cubrir el 81 por ciento de la canasta básica familiar.
Y el salario de las empleadas de casas particulares (9.826 pesos, desde diciembre de 2017) no alcanza ni siquiera a cubrir la mitad de la canasta básica total (solamente el 44 por ciento), lo cual obliga a las trabajadoras a ocuparse durante más horas para poder satisfacer sus necesidades básicas.
En cuanto a la AUH (1.577 pesos, desde junio pasado) "tan sólo alcanza a cubrir las necesidades alimenticias de un niño menor de 3 años.
Para llegar a satisfacer los requerimientos nutricionales de menores de 17 años, el monto de la asignación debería ser de al menos 1.477 pesos más", destaca el trabajo.
En junio de 2017, esa misma canasta básica total llegaba a 18.314 pesos, un 19 por ciento menos