Los infractores detenidos en los operativos de control de motos no ahorraron excusas a los
inspectores en un vano intento por evitar que sus vehículos fueran al corralón. Ayer sobraron los
ejemplos: “Mi señora es enfermera y la llamaron urgente para que vaya a colocarle una
inyección de morfina a un enfermo de cáncer”, apuntó un conductor detenido en la esquina de
Avellaneda y 3 de Febrero . Y en su discurso de defensa hizo un parate para señalar a un policía
motorizado que pasó por el lugar sin la correspondiente protección en su cabeza. “¿Acaso
ellos no se matan si tienen un accidente?”, se preguntó.
Dos hombres explicaron que no tenían ningún papel de la moto porque era
recién comprada e iban camino a la concesionaria. Es que uno de los problemas recurrentes con que
se encuentran los agentes es la falta de documentación de los rodados comprados en cuotas, ya que
muchos locales de venta no les entregan los títulos hasta que cancelen el total del valor.
Dos jóvenes albañiles que volvían de trabajar también se quedaron sin su
ciclomotor porque el conductor no tenía carné. Dijeron que lo usaban porque no les alcanza el
dinero para el colectivo y explicaron que días pasados pidieron turno para sacar el carné y se lo
dieron para dentro de dos meses.