En las narices mismas de la Intendencia y frente al pasaje Juramento, manos anónimas destrozaron
la escultura de la plaza 25 de Mayo ubicada sobre una de las dos fuentes, la más cercana a Buenos
Aires. Empleados del Area de Servicios Urbanos (ASU) del distrito centro la encontraron un lunes
muy golpeada, con sus extremidades rotas y hasta enlazada con una soga que los depredadores usaron
para intentar arrancarla. Pero otras manos mágicas, esta vez la de un equipo de restauradores, la
volvieron a reparar y por estos días sólo le falta la pátina final para ser recolocada en su sitial
de la plaza central de la ciudad.
Mientras ayer por la mañana intentaban recomponer la fisonomía de la
plaza después de la violenta tormenta del martes, Vicente Zapata y Oscar Maidana, dos agentes
municipales del ASU centro, recordaron cómo encontraron destrozada a la escultura un lunes de hace
más de dos meses.
“Se ve que la habían tironeado por todos lados, tanto que hasta la
habían atado con una soga para poder voltearla”, contaron.
Zapata incluso afirmó que el hallazgo, un lunes de hace dos meses, se
dio en el marco de una protesta social que había acampado durante todo el fin de semana previo
frente a la Intendencia.
Superados por el peso de la escultura (que es de mampostería, con una
estructura interior de hierro), los dos empleados del ASU llamaron para avisar sobre el daño
vandálico a la Dirección de Parques y Paseos.
Fue el personal de esa repartición el que finalmente la retiró de la
plaza para trasladarla luego al sanatorio de las estatuas de la ciudad, el galpón donde funciona la
Dirección de Restauración municipal, que depende de la Secretaría de Cultura.