Consternados. Así están los docentes y no docentes de la escuela Nº 33 "20 de Junio", ante el sexto robo que sufrió la institución en lo que va del año. Y no sólo eso, sino que están dolidos porque quienes entraron destruyeron todo lo que encontraron a su paso. Ayer se reunieron para hacer un abrazo solidario y respaldar a la institución a la que asisten 900 chicos.
Del 30 de diciembre al 15 de enero, la escuela "20 de Junio" sufrió seis robos. "Se llevaron todo, desde los pinceles y las témperas que usamos en clases, hasta los ventiladores que estaban amurados a las paredes de los salones, y las bombas de agua", contó Cintia Pérez, docente de plástica de ese colegio y delegada gremial de Amsafé.
Contó que la escuela tiene alarma, pero claramente no logra disuadir a los ladrones. El miércoles a la noche forzaron una reja, que se había comprado con mucho esfuerzo de parte de la cooperadora, y entraron. Lo peor, en este caso, no fue lo que robaron, sino los daños que provocaron en el edificio.
"No entendemos por qué hay tanta saña, tanta maldad", manifestó la docente de la escuela de Vieytes al 2900. Allí asisten 900 chicos a la primaria y al nivel inicial. Además cuenta con comedor y copa de leche.
Ayer ya no tenían ni agua en el establecimiento, porque se habían robado las dos últimas bombas y, en estas condiciones, los docentes manifestaron que no podrán comenzar las clases.
La vicedirectora no salía ayer de sus asombro cuando contó que en la biblioteca encontraron materia fecal, "la usaron de baño", expresó, y agregó que en la salitas del nivel inicial vaciaron los matafuegos sobre las mesitas y los armarios.
"Todo lo que destruyen supone una pérdida económica importante para la escuela. Aquí todo se hace con mucho esfuerzo. Habíamos hecho actividades para juntar fondos y así comprar materiales para los chicos", manifestó Pérez.
En el abrazo solidario estuvo presente el sacerdote Daniel Siñeriz, que también sufrió un robo vandálico en la capilla San Joaquín y Santa Ana, que queda muy cerca de la escuela.
Los docentes reclamaron al Ministerio de Educación que tome cartas en el asunto. "Que nos pongan un patrullero en la puerta y policía en el edificio, sobre todo en enero porque no hay nadie y por las noches, que es cuando se suceden los robos", declaró la docente en nombre del resto de sus compañeros.
Además, solicitaron al Ministerio que se haga cargo de los arreglos del edificio para garantizar las clases.
En tanto, algunos vecinos admitieron que vieron que se estaban vendiendo, en el mismo barrio, las bombas de agua robadas, por 1.500 pesos. "Ya avisamos a la policía", confirmaron.
En otra escuela
La comunidad educativa de la escuela núcleo ubicada en Cafferata y Levalle, en Villa Gobernador Gálvez, también fue objeto de un robo ayer a la madrugada. Además de llevarse numerosos elementos, ensuciaron la puerta del baño con materia fecal.