Por Eugenia Langone
Virginia Benedetto
R., una docente de una escuela media de la ciudad, se animó en 2016 a denunciar por acoso sexual, laboral y violencia al director de la institución. La primera respuesta que encontró del Ministerio de Educación fue un sumario administrativo que recién esta semana, a tres años de la denuncia, quedó cerrado y la dejó liberada de los cargos por los cuales se la investigaba. "Fue un proceso largo y angustioso, y que muestra que en las escuelas queda mucho por hacer en materia de perspectiva de género", dijo ayer a LaCapital (ver aparte). La secretaría de Género de Amsafé Rosario, Claudio Semino, que acompañó las presentaciones, señaló que "el caso muestra lo que no puede pasar, que es la burocratización de los casos de violencia que revictimizan a las compañeras", y reconoció que "si esto sucediera hoy, el tratamiento sería otro". De hecho, sólo Amsafé abordó este año casi una decena de denuncias de acoso y maltrato que "fueron tomados de otro modo y con celeridad".
Las burlas, humillaciones y maltratos habían comenzado en 2015 y la docente de ciencias sociales no era el único blanco de esos ataques dentro de la escuela. Tan así fue, que cuando en octubre de 2016 presentó la denuncia por acoso y violencia ante el Ministerio de Educación de la provincia no lo hizo sola, sino junto a otras dos víctimas —otra docente y una administrativa— que también testimoniaron los maltratos.
Sin embargo, luego de pasar seis meses sin respuesta trabajando bajo las órdenes de su agresor, Educación respondió con un sumario y el corrimiento de su cargo del agresor, pero también de ella. Si bien en el medio del proceso hubo compromisos de palabras y "promesas de reparaciones" ante el reclamo de la víctima y del gremio docente, R. pasó casi tres años sumariada.
"Ahora me notificaron que quedo eximida del sumario en todas las instancias. Verbalmente, me comunicaron que él quedará suspendido por tres meses sin goce de salario, y espero corroborar efectivamente eso para que nadie vuelva a pasar por una situación así".
La responsable de Género de Amsafé recalcó que "éste es el único caso donde por denunciar, una docente es sumariada y pasa años en estas condiciones", y si bien admitió que a lo largo de todo este tiempo "hubo un recorrido por parte de las autoridades y hoy esto no sucedería", dejó en claro el "nivel de responsabilidad del ministerio, que se tomó todo este tiempo. La que puso el cuerpo fue la docente y no hay resarcimiento".
Para Semino, "este largo recorrido no fue más que una revictimización clara de la compañera, no sólo en lo concreto, sino en lo simbólico", e hizo hincapié en el hecho de que "fue absuelta en todas las instancias y por unanimidad".
Para la dirigente, lo que deja en claro el caso "es que ningún hecho ni denuncia por violencia de género que reciba el ministerio puede tener el mismo tratamiento burocrático que otros trámites, debe tener una celeridad diferente que dé respuestas y garantías, porque la revictimización es esto que sucedió".
Otro ritmo
De hecho, sólo a lo largo de este año, la Secretaría de Género de Amsafé Rosario recibió casi una decena de denuncias por violencia, y en ninguno de los casos se repitió esta situación.
"Fueron situaciones de violencia al interior de las escuelas y en todos los casos las resoluciones se tomaron con medidas de protección en lo inmediato", indicó Semino, y puntualizó que se trató fundamentalmente de denuncias de acoso y abuso sexual, tanto entre compañeros docentes como de docentes hacia directivos de los establecimientos.
También remarcó la vigencia del protocolo de violencia de género de la provincia, lanzado en el inicio de este año, que "le da un marco diferente y una celeridad distinta a los procedimientos".
Y si bien es el Ministerio de Educación provincial el responsable de llevar adelante las investigaciones, el gremio "garantiza que en el camino se proteja a la víctima, que no tenga contacto con el agresor y que no pierda su puesto de trabajo".
Por María Laura Cicerchia