Emiliano López Cicero padece una atrofia muscular espinal tipo II que afecta en forma progresiva sus músculos y es irreversible. El peregrinar para que la obra social Iapos le reconozca cada tratamiento y pedido de atención ha sido siempre una peregrinación para la familia. Y lo sigue siendo. Necesita una grúa de elevación plegable, una cama ortopédica y un colchón antiescamas. Sin embargo, una vez más para cada una de estas necesidades el Iapos le exige un trámite diferenciado, agotador y burocrático, "y que seguramente terminará en un nuevo amparo judicial", adelanta el abogado de Emiliano, Cristian Giaccobe.
El año pasado Emiliano terminó la escuela secundaria siendo el abanderado. Casi con el diploma le llegó la silla de ruedas postural motorizada por la que esperó por más de cinco años. Las idas y vueltas del Iapos para reconocerla fueron interminables y derivaron en la Justicia.
El abogado Giacobbe recuerda que ya en 2005, cuando Emiliano era un niño, habían pasado por una situación similar: necesitaba una prótesis para su columna y debieron judicializar el caso para que se la reconozcan y se pudiera operar en el Hospital Garrahan de Buenos Aires.
El amparo por la silla especial —hasta entonces utilizó una donada y que no se ajustaba a su padecimiento— incluyó la solicitud de una rampa, una cama ortopédica y otros recursos indispensables para el día a día.
La silla llegó en agosto del año pasado y hace poco tiempo la rampa y demás pedidos. "Todo lo que se pidió en el amparo se cumplió", dice Giacobbe en relación a esta última presentación judicial realizada en 2014.
Sin embargo, en este tiempo surgieron otras necesidades igual de indispensables para asegurarle a Emiliano un mejor pasar y calidad de vida, entre ellos otra cama ortopédica (la entregada no es la pedida originalmente), un colchón antiescamas y una grúa de elevación plegable (para poder mover al joven).
Para cada uno de estos pedidos el Iapos exige un trámite administrativo diferenciado, como si Emiliano fuera muchas personas diferentes. "Es un trámite burocrático, donde hay que pedir presupuesto, incluir la orden del médico, los detalles de la enfermedad para cada cosa. Es inhumano, y han vuelto loca a esta familia", se lamenta el abogado, quien no descarta que otra vez estos requerimientos terminen en los tribunales provinciales, en un nuevo litigio contra la obra social de los empleados públicos de Santa Fe.