La denuncia de agosto del año pasado hecha ante la Justicia por vendedores ambulantes y puesteros indicaba que cada semana "personas cercanas al sindicato" pasaban por los puestos y dejaban un talonario donde figuraban los montos que, después, los puesteros debían saldar en el local del gremio, en 27 de Febrero al 900. Si los pagos se atrasaban, apuntaron, en la próxima visita la cordialidad quedaba de lado. Generalmente, dijeron, el grupo estaba formado por las mismas dos o tres personas y, entre ellas, identificaron al líder del sindicato, Alberto Adrián Ribadero, más conocido como Beto Riba. En su presentación, los vendedores le acercaron al fiscal los comprobantes, que exhibían preimpreso el logo del sindicato. Los puesteros explicaron al fiscal que mediante esta maniobra se garantizaban la posibilidad de trabajo en las zonas más cotizadas, como calle San Luis o el parque Independencia, y también en encuentros deportivos o espectáculos masivos.