Tejer redes que involucren a todos los actores sociales. El padre Fabián Belay, referente de la Pastoral de Drogadependencia de Rosario propone, a través de esta premisa, generar presencia en los barrios para darle batalla a las adicciones en las que caen los pibes. Lo planteó durante una reunión con algunos de los concejales que integran la comisión de Seguridad del Palacio Vasallo. El encuentro fue ayer al mediodía, horas después de que el gobierno publicara en el boletín oficial el decreto que declara la Emergencia Nacional en Adicciones.
"Estamos esperando a ver cuáles son las medidas concretas. Estamos conformes con que se haya declarado una emergencia; lo vemos como algo positivo. Pero queremos ver con qué se va a implementar. No queremos que sea un anuncio solamente. Aspiramos a que haya aumentos presupuestarios que el Estado articule hacia el interior a través de programas concretos sobre este tema", sostuvo el padre respecto del decreto de la Emergencia, luego de sostener un encuentro con algunos concejales de la comisión de Seguridad: Diego Giuliano (Rosario Federal),Pedro Salinas (Ciudad Futura), Lorena Giménez (Progreso Social) y Osvaldo Miatello (Compromiso con Rosario).
Hace años Fabián Belay se convirtió en un referente en la lucha contra las adicciones en Rosario. El sacerdote está al frente de la Pastoral de Drogadependencia, una institución con base barrial desde la que se trabaja con jóvenes con problemas de adicciones y se intenta brindarles una alternativa de vida.
Según contó ayer tras la reunión con los ediles, en Rosario y sus alrededores, la Pastoral trabaja en distintos niveles. Por una lado, el terapéutico. Cuenta con un centro de internación y dos centros de medio día (uno en Zeballos y Buenos Aires, y otro en Granadero Baigorria). Allí unos 50 pacientes reciben terapias individuales y grupales con un objetivo puntual: combatir sus adicciones.
Pero además, la Pastoral cuenta con nueve Centros de Vida en distintos barrios. Se trata de espacios de contención de los jóvenes a donde se realizan deportes, se reciben capacitaciones, se organizan actividades recreativas. "No se dan tratamientos de adicciones sino que se les ofrece un espacio. En cada barrio se va a armando con lo que se necesita, no hay un molde fijo", detalló Belay. Estos espacios funcionan en lo barrios La Lata, Ludueña, Tablada, Tío Rolo, Larrea, Puente Negro, La Granadita, y Municipal.
No está solo
Pero el padre Belay destaca: la Pastoral no funciona sola ni pretende hacerlo. Una vez por mes se reúnen en un espacio llamado Foro de las Adicciones, del que participan varias instituciones de la ciudad aunadas por la misma preocupación.
"Lo más importante es trabajar en red y que las acciones que se llevan adelante se conviertan en políticas de Estado", dijo el religioso, quien destacó la importancia de que las escuelas y los clubes de barrio se sumen a esta lucha.
"Está tan naturalizado el consumo que los chicos piden ayuda cuando ya están en una situación límite. Una persona pide ayuda cuando toca fondo y, a veces, podemos ayudar a que ese fondo no sea tan profundo", consideró Belay, quien remarcó que son necesarias campañas de prevención. "Venimos viendo la necesidad de una fuerte campaña que problematice este tema para que el consumo deje de naturalizarse", agregó.
Además, Belay hizo hincapié en la necesidad de que los centros de salud cuenten con personal especializado para abordar los problemas de adicciones, y que estos efectores de salud trabajen con los centros de rehabilitación. "No hay pacientes derivados desde efectores públicos y esto quiere decir que no se lo considera un problema", enfatizó.