Un grupo de vecinos de barrio Hume se organizó para vigilar y custodiar un edificio público donde hasta hace unos días funcionaba la excomisaría 33ª para evitar que sea usurpada por malvivientes. Paralelamente, la vecinal del barrio pide el edificio en comodato para desarrollar actividades comunitarias.
Los vecinos compraron un candado, se organizaron en guardias de dos horas cada grupo y armaron un grupo de WhatsApp para evitar no solo que sea vandalizado sino también que pueda ser ocupado por delincuentes o que instalen un bunker en el lugar.
La comisaría fue cerrada en el marco del Plan de Refuncionalización Integral del Sistema de Comisarías (Prisicom) que lleva adelante el Ministerio de Seguridad de la provincia.
Durante el fin de semana, desconocidos ingresaron a las instalaciones donde funcionaba la comisaria y los vecinos temen que el predio ubicado en Medina al 5600, de barrio Hume, pueda ser usurpado por malvivientes.
Los vecinos compraron un candado y se organizaron en guardias de dos horas por turno para que nadie ingrese.
"Tenemos un grupo de WhatsApp con los vecinos que estamos alrededor de las comisaría y las escuelas. La Policía viene y hace durante un rato acto de presencia, pero no puede estar un móvil haciendo guardia las 24 horas", afirman.
"Nuestro temor es más que se nos puedan meter en nuestra casas, o que vengan maleantes o se armen un bunker o pase algo, porque en la zona hay muchos chicos", señaló Paola, una vecina del lugar, en diálogo con Canal 5.
El patio de la comisaría está lindero con una escuela primaria y un jardín de infantes y también con las propiedades de unas quince familias y la preocupación de ellos es que estos lugares sean avasallados por los delincuentes en caso de que queden desocupados.
"No queremos que queden desocupados o vacíos, que al menos sean cedidos a la vecinal de barrio Hume para que sea útil para ellos y los vecinos", señaló Paola.
En este marco, los representantes de la vecinal piden el edificio en comodato para poder desarrollar actividades comunitarias.
"Nosotros queremos aprovechar la oportunidad, ya que no contamos con un espacio físico como para desarrollar las actividades que de momento las hacemos de prestado en las parroquia del barrio", contó Celeste, la presidenta de la vecinal, quien alegó que el edificio le pertenece al Fondo de Asistencia Educativa (FAE) y que su intención es "hablar con la directora para hacer todo legal y para que no lo usurpe nadie que no sea del barrio".