Al menos un par de centenares de taxistas promete concentrarse mañana para rechazar el envío de intimaciones por parte del municipio para que cumplan con la ordenanza que los obliga a instalar el sistema de rastreo satelital (GPS) en sus unidades. La protesta, organizada por la Asociación de Conductores de Taxis, será, a las 9, en Rivadavia y bulevar Oroño. El presidente de la entidad, Francisco Báez, reiteró el argumento con que el sector siempre resistió el dispositivo y que llevó a 274 titulares de licencias a presentar un recurso de amparo, aún sin sentencia. "No rechazamos los controles sino que queremos que el sistema sea municipal y no que esté en manos privadas", afirmó el dirigente. El secretario de Servicios Públicos municipal, Pablo Seghezzo, no se mostró alarmado frente al hecho de que unos 660 taxis circulen aún sin GPS por Rosario y aseguró que "antes o después" la norma se cumplirá, entre otras cosas porque contempla el seguimiento satelital en manos del Estado.
En rigor, el número de "rebeldes" a incorporar esa tecnología representa entre un 15 y un 20 por ciento del total de la flota de taxis, que hasta que se sumen las nuevas chapas (ver aparte) asciende a 3.664 unidades.
De hecho, una ordenanza aprobada por el Concejo a fines de agosto de 2012 (la misma, por otra parte, que estableció el último aumento) estableció que todas las unidades deberán tener un GPS vinculado a los relojes y conectado a su vez a un centro de monitoreo controlado por el municipio.
El sistema garantiza información en tiempo real sobre la cantidad de viajes realizados, el nivel de cumplimiento por coche y las zonas y horarios de mayor demanda.
También posibilita al municipio aplicar sanciones ante irregularidades en la jornada laboral y, eventualmente, definir si hacen falta más licencias.
Pero todo ese proceso, a cargo del Ente de la Movilidad de Rosario (EMR), todavía no ha culminado, explicó Seghezzo: aunque el sistema de seguimiento satelital público ya fue licitado y adjudicado, atraviesa actualmente una etapa de "30 días a prueba" sobre cinco unidades.
El trámite lleva unos tres meses de atraso, pero el cronograma viene cumpliéndose, confirmó el funcionario.
Por eso, confió en que es sólo una cuestión de tiempo que los 664 taxis que aún no incorporaron el GPS se adecuen a la normativa vigente.
"Es una ordenanza y hay que cumplirla, porque además es sumamente lógica y flexible: implicó un cambio histórico", aseguró.
Como ejemplos de esa flexibilidad, recordó que de las doce horas de trabajo que se venían cumpliendo desde hacía años en los taxis se pasó a turnos de ocho, con 284 días laborables anuales, lo que supone "otros 81 días" sin prestación obligatoria.
"Todo eso hace que sea un sistema muy cumplible", aseguró, por lo que "el seguimiento y los controles a través del GPS no deberían inquietar a nadie" y habilitan a que la Municipalidad "adopte todos los mecanismos legales necesarios para que la ordenanza se cumpla".
Sanciones excesivas. Pero Báez y sus muchachos volverán a resistir la aplicación de la normativa y a ese rechazo sumarán otra "causa" más popular entre sus colegas: la aplicación de un "régimen de sanciones" al que tildaron de confiscatorio.
"Es una ordenanza de 1980 a la que ahora el Concejo le hizo pequeñísimas modificaciones para revalidar" y que los "puede llegar a matar" por faltas leves, aseguró el taxista. Por eso, Báez no dudó en calificar a los ediles como "irresponsables".
Atraso con las nuevas chapas
El plan original para que las primeras 60 nuevas chapas de taxis, sobre un total de 360 adjudicadas, comenzaran a circular por las calles en agosto viene con algo de atraso. “Tiene que ver con gente que compró la unidad, pero a la que todavía el auto no le salió de la automotriz, o personas que siguen tramitando el crédito o el leasing”, dijo Pablo Seghezzo. Recién a fines de este mes se tendrá el nuevo cronograma.