"No pinto los objetos ni la sensación que estos me puedan producir. Pinto lo que siento, invento formas que respondan a una verdad interior", dijo alguna vez Oscar Herrero Miranda (Cañada de Gómez 1918 - Rosario, 1968). A 100 años de su nacimiento una muestra que se expone en el Museo Castagnino (Oroño y Pellegrini) le rinde un homenaje.
Esta exposición es fruto del cruce de colecciones privadas que por primera vez son presentadas en conjunto al público. Las obras abordan diferentes períodos y búsquedas plásticas de Oscar Herrero Miranda y permiten vislumbrar al artista comprometido con su época. Algunas fueron adquiridas directamente del taller del artista y es la primera vez que forman parte de una muestra.
Además, y como un toque personal, a la treintena de obras expuestas se suman la espátula y la paleta del pintor.
"Esta experiencia inédita combina diferentes formas de acercamiento a una producción madura, sólida, cada una de ellas se renueva en la interrelación con otras. Existen muchos posibles recorridos, agrupamientos temáticos, por paletas, formas, texturas o técnicas. Al mismo tiempo que se separan por series, períodos y búsquedas, avanzan y retroceden en continuo movimiento, desplegando infinitas formas de combinarse. Las obras dialogan entre si, nos interpelan y se potencian en diferentes ámbitos bajo la mirada del encuentro", destaca el texto de presentación de la muestra, curada por Corina Herrero Miranda y José Claudio Ruiz.
Oscar Herrero Miranda vino a vivir a Rosario a los 12 años. Se recibió de maestro en la Escuela Normal Nº 3 y en 1935 comenzó las actividades plásticas. En la década del 40 formó parte—junto con Leónidas Gambartes, Julio Vanzo, Juan Grela y Carlos Uriarte, entre otros— del grupo denominado Plásticos Independientes de Rosario. Y hacia 1950 fue integrante fundador del prestigioso Grupo Litoral.
"Viendo una retrospectiva mía, me identifico con cuadros de distintas épocas. No puedo decir cuál es mejor. Siempre es lo que estoy haciendo y lo que está por venir", decía el pintor sobre su propia obra. Un artista que eligió no imitarse.
En 1955 expuso en Nueva York, al año siguiente fue invitado a la Bienal de Venecia y a la de San Pablo en 1957. También expuso en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (1956). Fue premiado en numerosos salones oficiales y en 1962 dirigió la Escuela Provincial de Arte.
En la muestra se exponen obras pertenecientes a distintas colecciones privadas y también al patrimonio del Castagnino. Falleció en Rosario, a los cincuenta años, el 10 de octubre de 1968.
La muestra se expone hasta el 31 de marzo, de martes a domingo, de 15 a 21, en el Museo Castagnino, Pellegrini y Oroño.