Un colectivo atropelló a un peatón en el Metrobusde la avenida Alberdi

"Nosotros siempre estamos acá", dijo Daniel, que cuida los vehículos estacionados sobre la vereda este de la avenida y se ofrece para lavarlos. Ayer fue una vez más testigo de un accidente en el que un peatón fue arrollado por uno de los colectivos que circulan por el carril. "Se sintieron los gritos, hicieron parar al coche en la cuadra siguiente y el hombre quedó tirado en la calle con sangre en la cara, hasta que llegaron las ambulancias", relató.

El episodio se produjo sobre el carril con circulación hacia el norte de la ciudad, y para los vecinos y comerciantes de ese lado de la avenida se trata de "hechos frecuentes" que no pasan desapercibidos. "Hay accidentes casi siempre, algunos más leves otros más graves, pero son cosa cotidiana", señalaron.

Si bien no pudieron dar cuenta de la mecánica precisa de lo sucedido a media mañana, cuando aún estaba la mancha de sangre sobre la senda peatonal, explicaron que "el accidente se produjo entre un colectivo y un hombre que fue arrollado". Luego, el Ente de la Movilidad informó que "una vez que el ómnibus había superado la estación de pasajeros, un vecino avanzó para cruzar sin percatarse del movimiento del micro".

Fuentes de la Secretaría de Salud de la Municipalidad, confirmaron que el peatón era un hombre de 38 años, que sufrió un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento y recuperación del mismo en el lugar, que fue trasladado por una ambulancia del Sies hacia el Hospital Eva Perón.

Deterioro

No había pasado un año de la inauguración de la vía rápida cuando los vecinos vieron cómo la obra se deterioraba tanto que hubo que repavimentarla a los pocos meses, aunque las lluvias volvieron a deteriorarla en apenas semanas. Además desde su inauguración, en junio de 2016, y el mismo mes de 2017 se contabilizaron tres muertes y varios heridos graves, entre ellos una nena de 6 años, en Alberdi y French.

El primero fue un hombre embestido por un colectivo de la empresa Rosario Bus en noviembre de 2016; en mayo del año pasado, una mujer de 61 años fue atropellada en la esquina Juan José Paso por un coche de la línea 35/9 verde y murió a los 9 días, y un mes más tarde, la víctima fue un joven de 16 años en la esquina de Gorriti.

Ya en ese momento los vecinos se manifestaron ante la gravedad de los hechos y se movilizaron para reclamar medidas al municipio. Ayer una vez más, algunos consideraron que se trató "de la peor obra que podrían haber hecho en la zona". Así lo expresó una comerciante con más de cuatro décadas en el barrio.

Las imprudencias de los peatones, la circulación a alta velocidad de los colectivos y la invasión de las sendas peatonales, el uso de teléfonos celulares al cruzar tanto por parte de los peatones como de los conductores fueron algunos de puntos que quienes a diario están sobre avenida Alberdi observan como las principales causas de los accidentes.

"Nadie respeta nada", dijo una empleada de una óptica sobre la avenida, e hizo hincapié en que se trata de una esquina en la que "el tránsito de gente que concurre a oficinas y la Ansés, los bancos y los comercios, es permanente, y como no hace caso a las señales, pasan estas cosas".

Todos coinciden en que los colectivos circulan a "muy alta velocidad", y agregan: "Muchas veces se adelantan e invaden la senda peatonal por donde tiene que pasar la gente". También indicaron que los automovilistas "no siempre respetan los tiempos del semáforo que da paso a los peatones".

Quienes van de a pie tampoco se atan a la normas. "La gente cruza por cualquier lado, incluso con chicos en brazos cuando sale de la Ansés", señaló una comerciante mientras mostraba cómo tres mujeres atravesaban la avenida desde la vereda oeste hacia el Metrobus sobre la mitad de la calle.

Otros portavoces detallaron que los celulares también son otro elemento de distracción permanente. "La gente mira el teléfono en lugar de mirar la calle, y a veces los automovilistas mandan mensajes o hablan mientras manejan. Incluso algunos choferes", contaron a la hora de enumerar todo lo que no se debe hacer, pero así y todo, se repite a diario.