Fremont Herns tiene 48 años y llegó a la Argentina como turista en febrero último. El permiso para permanecer en esa condición, que manifestó a la entrada al país, sólo tiene validez por 90 días, plazo ampliamente excedido.
Fremont Herns tiene 48 años y llegó a la Argentina como turista en febrero último. El permiso para permanecer en esa condición, que manifestó a la entrada al país, sólo tiene validez por 90 días, plazo ampliamente excedido.
El pasado 4 de noviembre, Herns se presentó en el aeropuerto Islas Malvinas con un pasaje de la línea aérea Copa, la misma con la que llegó hasta Rosario. Allí le advirtieron que ese vuelo no salía desde Rosario, sino desde Ezeiza, y le ofrecieron pagar el traslado para poder hacer la conexión.
El haitiano manifestó que no tenía dinero para solventarlo y fue allí cuando quedó en evidencia que había superado el plazo de su estadía, por lo cual debía pagar una multa al Estado argentino que la empresa aérea le exigió para evitar una sanción a la compañía por trasladarlo bajo esta irregularidad.
Ayer por la tarde, la Dirección Nacional de Migraciones decidió eximirlo de ese pago para que pueda regularizar su situación, a pesar de la irregularidad en la que se encuentra. En este contexto, Herns fue intimado para que inicie los trámites de residencia en el país y se le dio como máximo un plazo de 30 días.
En ese lapso, debería acreditar estudio o trabajo para luego avanzar con las cuestiones legales de rigor, dijo el delegado del área nacional, Germán Pugnaloni.
De este modo, el extranjero está hoy apto para deambular por suelo argentino como para regresar a sus país. Si eligiera esta segunda opción, debería sortear el pago de la penalidad por no haber utilizado el viaje de regreso en tiempo y forma, tal como lo imponen las líneas aéreas.
Según pudo saber La Capital, la situación humanitaria del ciudadano haitiano podría ser considerada por la empresa, aunque también se teme que Herns sea un pasajero de riesgo, por lo que su traslado se haría más dificultoso para la firma de aviación panameña.
En pleno hall central del aeropuerto, el haitiano le dijo ayer a La Ocho que había llegado a estudiar en la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). No obstante, cursó una materia pero no completó la documentación obligatoria.
Mientras tanto, en los últimos días permaneció en Fisherton comiendo de lo que le dan en los bares de la terminal y durmiendo en los sillones del lugar.
En el caso de que no ponga en orden su situación, el Estado argentino estará en condiciones de disponer su expulsión y reconducirlo a sus país de origen.
Según pudo saber este diario, referentes de Migraciones concurrieron al aeropuerto a tomarle declaración y el ciudadano extranjero no respondió con claridad.
Asistencia social
Ante el pedido de la Dirección Nacional de Migraciones, la provincia y la Municipalidad colaborarán con la asistencia del ciudadano haitiano que hasta ayer estaba aún viviendo en el aeropuerto Islas Malvinas. Se espera que hoy funcionarios de las áreas de Desarrollo Social y un abogado dialoguen con el extranjero para buscarle un lugar donde pueda pasar sus días mientras se resuelve su situación en el país.