Javier Bazterrica, más conocido públicamente como el "gigoló", fue sentenciado a un año de prisión en suspenso por estafar a una rosarina, con quien había iniciado una relación amorosa y engañó con ardides para quedarse con su dinero cuando convivían en un departamento en Alvear al 500. Al hacerse público el caso, otras mujeres denunciaron haber sido víctimas de un engaño similar.
El juez Juan José Alarcón condenó a Bazterrica por simular tener una buena posición económica para conquistar a una mujer y así hacerse de 82 mil pesos.
La denuncia se había producido en 2013, cuando María Fernanda V. lo acusó en la Justicia. El falso polista fue procesado en 2016 por la jueza Delia Paleari. El fiscal Guillermo Corbella había pedido tres años de cárcel, mientras que la querella, seis. Ahora fue condenado.
Para la Justicia, Bazterrica "desplegó un ardid sustentado en la tenencia de riqueza familiar" con el que engañó a V. y a su familia. Además, "hizo que le confiaran la custodia del dinero, parte del cual fue a parar a las arcas del imputado". En su resolución, el magistrado señaló que "la maniobra para ganarse la confianza generaba que la víctima voluntariamente colocara el dinero o bienes a su disposición". Y concluyó que "el engaño figura como el elemento central a partir del cual el agente obtiene la disponibilidad del dinero, descartando la figura de hurto y emergiendo la de estafa".
La relación amorosa se había iniciado en 2013, luego de que el "gigoló" la contactara por Facebook cuando ella estaba de viaje en España. Bazterrica le dijo que era contador, corredor de bolsa y jugador de polo.
"Venía supuestamente por un día y se terminó quedando un mes y medio. Se empezó a llevar bien con mi familia, hasta le festejamos el cumpleaños el 4 de julio", había declarado la mujer engañada.
Todo se encaminó de tal manera que Bazterrica participó activamente en la venta de un departamento de una tía abuela de la víctima, transacción que se realizó el 1º de julio, y por la cual la pareja recibió 120 mil pesos de adelanto para hacer frente a sus proyectos.
"Me dijo que él podía guardar ese dinero en una caja de seguridad de su cuenta para que estuviéramos tranquilos, que podía confiar en él, ya que era mi futuro esposo y jamás me defraudaría", declaró la joven.
El ardid fue descubierto por la madre y hermana de la víctima, quienes contactaron a una colombiana que dijo haber sido estafada en 120 mil pesos por el falso polista. El negó todo.
La estrategia se derrumbó el 30 de julio de ese año, cuando la joven determinó que le faltaba gran parte del dinero confiado.