La violencia que se registra en distintos puntos de Rosario ya modificó la rutina de varias escuelas ubicadas en barrios cruzados por ese fenómeno complejo y que no presenta una solución ni siquiera a mediano plazo. Las constantes balaceras y amenazas a establecimientos escolares, que en la mayoría de los casos tuvieron como objetivo transmitir mensajes no muy claros entre bandas, no sólo llevaron a la suspensión de días de clase, sino que también forzaron a docentes y autoridades escolares a repensar y reformular sus espacios de trabajo para poder seguir educando y a la vez proteger a los estudiantes.
En ese contexto, la directora de la Escuela Primaria Nº 1.182 “San Luis Gonzaga”, Noelia De la Pascua, reveló este miércoles que debido a los últimos episodios de violencia que tuvieron como blanco la seccional 20ª de policía, dependencia lindera con el edificio escolar, se resolvió “mudar” o reubicar a alumnos que ocupaban los salones ubicados sobre el frente del edificio por temor a las balaceras.
Por otra parte, Juan Pablo Casiello, secretario de Amsafe Rosario, el gremio que agrupa a docentes de escuelas públicas, confirmó que no se trata de un hecho aislado.
El dirigente sostuvo que cuando la situación estaba muy tensa en barrio La Cerámica, que tuvo su máxima expresión el 14 de mayo con el doble homicidio de los adolescentes Maite Gálvez y Máximo Luján, en las escuelas de ese sector "se evitaba usar los patios que daban a la calle y en otras instituciones de zona oeste pensaban en cómo acomodar el mobiliario como para pensar en ciertas lógicas de protección. Algunas de esas cosas se están imponiendo en escuelas de la ciudad".
La Escuela "San Luis Gonzaga", ubicada en Carrasco al 2500, recibe a 500 chicos en el nivel primario y otros 200 en el jardín en los turnos mañana y tarde. Debido al tiroteo que sufrió la comisaría 20ª, que está al lado de la institución, las autoridades escolares resolvieron anoche mismo no dictar clases ante el temor de que pueda haber alguna secuela de ese ataque en pleno horario escolar.
Pero lo ocurrido anoche no fue un hecho aislado. El miércoles 12 de abril pasado, dos hombres en moto se ubicaron en el cruce de Teniente Agneta y Carrasco, a unos 50 metros de la seccional y un poco más lejos de la escuela “San Luis Gonzaga” y efectuaron varios disparos al aire. En principio, los autores no buscaron hacer daño en la comisaria, pero evidentemente se trató de un acto intimidatorio.
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En diálogo con La Capital, De la Pascua confirmó que a partir del incidente del 12 de abril “se decidió reubicar a los chicos que ocupaban salones del frente y eso seguirá así porque evidentemente no están dadas las condiciones de seguridad para volver con los chicos a los salones del frente. Seguimos reubicados dentro de la escuela como podemos en otros espacios”.
Las salas que no pueden utilizarse hasta el momento son cuatro y pertenecen a distintos grados de la primaria y al laboratorio. “Cuando sucedió el hecho de abril, nos reunimos con funcionarios de los ministerios de Educación y Seguridad. Allí acordamos implementar algunas medidas preventivas. Nosotros tenemos que garantizar la educación. Es imposible que podamos garantizar la seguridad. Entonces, acordamos la reubicación de los chicos en otros espacios y los horarios de entrada y salida de los chicos”, indicó.
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Como otra medida adicional de prevención, en ese entonces se revolvió unificar la entrada y la salida de los chicos por el acceso que está por calle Carrasco, y dejar de lado el otro acceso que tiene el establecimiento por calle French. “Se resolvió de esa forma porque por calle Carrasco, que es nuestra entrada principal, en noviembre teníamos un objetivo de Gendarmería Nacional. Entonces nos recomendaron que por allí era lo más conveniente. De todos modos, el puesto de Gendarmería es muy inestable, porque hay días en que está y otros que no”, agregó De la Pascua.
“En noviembre hubo un asesinato en el barrio justo a la hora de salida del jardín de infantes. Al día siguiente ya teníamos el objetivo de Gendarmería acá. Los efectivos sólo nos dijeron que los habían asignado a ese lugar, pero desde que ocurrió el incidente en abril la presencia de Gendarmería es bastante inestable. Aparentemente tienen mucha demanda y mucho territorio por cubrir”, lamentó.
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“Si bien Gendarmería cumplía, y estaba en los horarios de entrada y salida en distintos turnos, la presencia fue disminuyendo. Por lo que pasó anoche, seguiremos con los chicos reubicados, porque no está garantizada la seguridad. No sabemos qué puede suceder. Tenemos un frente con muchos vidrios. Y nos cuesta decidir cuándo volver a esos salones ¿Y si volvemos a ocupar los salones y pasa algo? Mientras no tengamos garantizada la seguridad de los chicos, seguirán dando clases en otros espacios”, resaltó.
De la Pascua remarcó que los chicos “necesitan sus salones. Ahora, algunos dan clases en la biblioteca, otros en un salón de usos múltiples que usamos para pasar videos y en otros espacios. Lo ideal es que estén en sus aulas, con sus materiales que necesitan, como debe ser. La idea es volver a clases mañana si están dadas las medidas, aunque sea un refuerzo de presencia de Gendarmería en la puerta”.