Un problema eléctrico en un generador de energía provocó ayer al atardecer un enorme incendio en el depósito de la sucursal del supermercado La Gallega, ubicada en Mendoza y Ayacucho. Las pérdidas en el sector de almacenamiento fueron totales y al cierre de esta edición los bomberos continuaban trabajando, aunque ya habían circunscripto el fuego. La situación generó pánico en barrio Martin y hubo que evacuar a cientos de vecinos por temor a que las llamas se propagaran. Increíblemente, no hubo heridos.
El corte de energía eléctrica que afectó ayer a gran parte de Rosario tuvo directa incidencia en el siniestro del comercio, ya que el grupo electrógeno, que se enciende automáticamente, se recalentó precisamente al activarse por la falta de luz. Esa circunstancia produjo las primeras llamas en el aparato que enseguida se extendieron al primer piso del depósito donde hay productos de limpieza y perfumería. Los aerosoles comenzaron a estallar y el resto de los elementos inflamables hicieron lo suyo para que todo empeorara.
Cuando los bomberos arribaron, el foco ígneo ya se había propagado en gran parte del lugar y continuó hasta tomar todo el espacio en cuestión. Para colmo, debido al corte de luz, el sistema de hidrantes instalado en el supermercado no funcionó porque el generador sólo cubre algunas áreas del enorme local.
Eran las 18.30 cuando uno de los empleados observó las primeras llamas. De inmediato, el resto del personal utilizó las extintores para sofocarlas, pero no fue suficiente. Llamaron a los bomberos y la policía y evacuaron el negocio. En ese momento, había unos 50 personas allí.
"Nos dijeron que nos fuéramos. Estaban todos desesperados; creíamos que había ladrones", dijo una clienta a La Capital. La mujer, como otras varias personas había incluso dejado su auto en la cochera del súper, en el subsuelo del edificio. Estaba intranquila, pero las autoridades confirmaron que el foco no llegó hasta allí.
La sucursal es el último eslabón de la cadena de supermercados y funciona desde hace unos dos años. Su propietario, Sabino Alvarez, que llegó allí con su familia, evitó extenderse en las declaraciones y sólo buscó dejar en claro que el negocio contaba con todas las medidas de seguridad y que el público fue rápidamente evacuado y no hubo heridos.
Las llamas no llegaron al área de ventas, pero sí el humo y el hollín. Para el arduo trabajo de los rescatistas, en medio de una jornada de calor agobiante, se utilizaron tres dotaciones de Bomberos Zapadores más otra de Voluntarios y una enorme cuba que llegó desde Villa Gobernador Gálvez, además de otras de Aguas Santafesinas SA (Assa) y móviles de Defensa Civil, y la policía.
El operativo fue enorme y transformó la esquina de Mendoza y Ayacucho, donde los vecinos se acercaron para ver de cerca qué ocurría. Mientras se trabajaba en varios frentes para cercar el fuego, los habitantes de la torre ubicada arriba del local permanecían sin poder regresar a sus domicilios con la incertidumbre del caso, al igual que quienes viven sobre ambas veredas de la cuadra de Ayacucho que se extiende hasta 3 de Febrero.
Pánico. "Nos asustamos mucho", dijo una empleada que colaboró para desalojar el supermercado y se preguntaba sobre la reapertura del comercio donde se perdieron todos los productos en stock.
El grupo electrógeno se encendió en las últimas horas varias veces tras los reiterados cortes de luz ocurridos en la ciudad, pero en esta oportunidad no funcionó correctamente y prendió fuego. La conmoción fue ayer generalizada.
Abuelos
El primer lugar en ser evacuado por los rescatistas fue el geriátrico de la esquina de Ayacucho y 3 de Febrero. Nadie quedó allí.