La foto de la pandemia en Rosario no es la misma de hace un mes y así lo admitió el secretario de Salud Pública de la Municipalidad, Leonardo Caruana, pero inmediatamente aclaró que “450 casos de Covid diarios no conforman un escenario final ni de pandemia resuelta”. Dejó en claro que el verano y el aire libre con la cumplimentación de los protocolos disminuyen los riesgos, pero al mismo tiempo explicó que la presencia de un número mayor de personas en los espacios públicos y privados, y el inicio del tránsito interprovincial y del exterior complejizan la situación. Es más, con las proyecciones que ya se hacen respecto de la llegadas de la vacunas y el inicio de la inoculación de las primeras dosis a las poblaciones de riesgo fue prudente y afirmó: “No podemos pensar en hacer lo que queremos en el verano, incluso en el escenario posvacunación”.
Con casi 150 mil casos acumulados en la provincia y más de 11 mil activos, la ciudad concentra más de 60 mil positivos desde el inicio de la pandemia de los que más de 3 mil están activos y, a ocho meses del inicio del proceso de aislamiento obligatorio, superó los 3 mil fallecidos.
Con una curva de contagios que se aceleró en julio y se disparó en agosto, recién por estas semanas se consolida un escenario más favorable, señaló Caruana.
“Hace ya cuatro semanas que tenemos una evolución diferente en la que, a partir de tres fuentes, que son el número de casos, el nivel de ocupación de las áreas críticas y camas Covid, además de la percepción de los equipos de salud, podemos decir que estamos ante un descenso de los contagios, aunque las razones de ese proceso por ahora son hipótesis”, indicó.
Es que, de contabilizar arriba de mil casos diarios la ciudad tiene por estos días un reporte de entre 300 y 450 al sistema nacional de vigilancia epidemiológica, a lo que se suma un descenso en la ocupación de las unidades de terapia intensiva que actualmente en la ciudad ronda el 70 por ciento tanto en el sector público como privado, así como también las camas generales y las plazas requeridas para pacientes Covid, que están en un 18 por ciento.
“La tercera dimensión, que es la de los equipos, viene viendo una disminución de las consultas en hospitales y centros de salud de cuadros de pacientes febriles o con criterio de hisopado —continuó—. Todo eso hace que sea objetivamente un escenario más favorable”.
Terreno de hipótesis
El desconocimiento de su totalidad de la biología del virus y el comportamiento heterogéneo que ha tenido en múltiples escenarios, con estructuras sanitarias distintas hace que por ahora las razones de esa mejora sean solo hipótesis.
Una de las presunciones es que gran parte de la población de la ciudad se cuida y, más aún, “que esa proporción es mayoritaria, viene cumpliendo las medidas de protección en los ámbitos individuales, pero también en los espacios de encuentro, ya sean laborales y sociales, y así se protege y protege a otros”, detalló el secretario.
Sobre todo, recalcó, porque “se trata de población aún susceptible de contagio, ya que lejos estamos de pensar que tenemos en la ciudad inmunidad de rebaño”.
En efecto, anunció que se proyecta llevar adelante en Rosario un estudio de seroprevalencia como el que se hizo este mes en la Ciudad de Buenos Aires. Allí el resultado global mostró que apenas el 10 por ciento de la población resultó seroprevalente, aunque en los barrios populares esa proporción es del 40 por ciento.
Si bien aclaró que “de ninguna manera existe relación lineal entre el verano y la baja de contagios”, admitió que “el mayor uso de los espacios al aire libre favorece la posibilidad de no hacinamiento, y ahora se sabe que los rayos ultravioletas no favorecen al virus y a estas alturas conocemos más de protocolos y sabemos cómo cuidarnos”.
En ese marco, consideró que se trata de “transitar esta nueva habitualidad” con un escenario más favorable en algunos aspectos, pero con mayor cantidad de actividades y tránsito de personas que al mismo tiempo lo complejizan.
“No es un final, para nada, desde Salud debemos rever y mantener las estrategias iniciadas en marzo, con seguimiento, rastreo, detecciones y manteniendo el equipo de llamadores”, detalló, aunque también están las responsabilidades de la población: autocuidado, aislamiento ante los primeros síntomas y consultas tempranas”.
¿El inicio del fin?
Si bien la posibilidad de vacunarse está en el horizonte, por ahora no es más que eso, “una probabilidad”, señaló Caruana. Tanto la Nación como la provincia dejaron en claro que habrá apoyos de otras estructuras del Estado, además de las sanitarias para la logística que será “extraordinaria”, pero el funcionario indicó que “aún no hay criterios claros”.
Determinar si se aplicarán las primeras dosis a los trabajadores de la salud o a todos los trabajadores esenciales, por ejemplo, es uno de los criterios todavía a definir, al mismo modo que señaló que en la ciudad la geolocalización de los adultos mayores y pacientes con comorbilidades que se atienden en el sector público ya es un paso dado para hacer la campaña de vacunación antigripal domiciliaria con cien móviles de la ciudad.
“Si solo el Estado va a tomar toda la estrategia de vacunación, incluyendo a quienes tienen seguridad social, esa dimensión supera la organización de la salud pública. Habrá que potenciar ese trabajo en primer nivel y la historia de la infraestructura pública, pero claramente se necesitarán otros soportes”, consideró.
Covid y desigualdad
Contabilizar y hacer el seguimiento de los casos de Covid por cada uno de los distritos de la ciudad no es lo mismo que poner la lupa sobre los territorios, barrio por barrio, poniendo en cuestión el proceso de la enfermedad y sobre todo las condiciones estructurales de pobreza.
Esa evaluación es la que pondrá en marcha la Secretaría de Salud de la Municipalidad de modo de poder determinar “cómo se enfermó y murió cada paciente de acuerdo a sus condiciones de vida”, indicó el secretario de Salud. Los resultados permitirían anticipar escenarios ante una posible segunda ola de contagios.