Las rosarinas tuvieron que esperar más de un siglo para poder ser socias plenas del Jockey Club e incluso tuvieron que convencer a padres, maridos, hermanos y abuelos para que levanten la mano en asamblea y modifiquen los centenarios estatutos del club que ahora sí les permiten dejar de ser un mero anexo en los carnés de los varones. Sin embargo, en Capital Federal, aún sin la existencia de una traba reglamentaria, el club no solo lleva dos años exceptuándose de las actuales disposiciones que obligan a asociaciones civiles y clubes a tener comisiones directivas paritarias en materia de género, sino que además no tiene ni tuvo en sus 140 años de historia una sola socia mujer. Ante ese escenario y considerando la experiencia de Rosario como "muy valiosa", los abogados de la Inspección General de Justicia (IGJ) del Ministerio de Justicia de la Nación intimaron al centenario club a que avance en ese sentido e instrumente las medidas para que las mujeres puedan comenzar a tener una entidad propia dentro de la institución y cese con una práctica que considera "discriminatoria" .
Uno de los abogados del organismo nacional que lleva adelante la presentación es Guillermo Echeverría. El profesional destacó el paso dado en Rosario a mediados de 2021 con la presentación formal de la modificación de los estatutos del club que ya tenían 120 años y la aprobación de esos cambios en asamblea en diciembre de ese mismo año.
Sin embargo, explicó que la situación en la sede de Ciudad Autónoma de Buenos Aires es diferente. En primer lugar, ya desde 2020 existe una resolución que dispone que las asociaciones civiles, esto incluye a los clubes, tienen que tener una disposición paritaria de varones y mujeres en la conformación de sus comisiones directivas.
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Sobre ese punto, Echeverría indicó que el Jockey Club pidió tanto en 2021 como en 2022 una excepción a esa normativa aduciendo que "no tenía posibilidades de cumplirla porque no había mujeres participando de las actividades del club como socias plenas".
Si bien las excepciones fueron otorgadas, el integrante de la IGJ indicó que lo que quedó a la luz del intercambio tanto con el presidente como con el secretario de la entidad "es que no existe ningún impedimento estatutario o formal para que las mujeres no sean socias plenas de la entidad, de hecho su participación actual ni siquiera es como adherentes".
No hay restricción, pero tampoco socias
Así, el club fundado en 1882 no dispuso a lo largo de su historia ninguna traba explícita, según indicó Echeverría, para que las mujeres sean socias, pero así y todo al día de hoy la entidad no cuenta con una sola mujer que pueda acceder a los derechos y obligaciones de quienes son parte de la entidad.
"La normativa interna no tiene restricciones porque el único requisito para convertirse en socio es tener más de 18 años y presentar una solicitud ante la comisión directiva", señaló el abogado, que indicó que teniendo en cuenta los dichos de los directivos en los intercambios durante los trámites de que no hay mujeres asociadas el hecho muestra "una práctica discriminatoria que pedimos que cese y se reforme".
Echeverría detalló que al no existir restricción, las autoridades "deben ejecutar el estatuto tal cual está y poner en conocimiento a las mujeres de la posibilidad de asociarse, reglamentarlo, instrumentar los formularios para hacerlo y tomar la decisión de avanzar en ese sentido".
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Como sucede en la mayoría de estas entidades, que las mujeres no sean socias no significa que no participen de la vida social, deportiva y cultural de un club que actualmente, indicaron, tiene más de 6 mil asociados.
"Lo que sabemos es que lo hacen en calidad de hijas, esposas, nietas y hermanas de los socios, ni siquiera tienen la categoría de adherentes, que es algo que existe en otras entidades", indicó.
La experiencia de Rosario
Para el abogado, lo que sucedió en Rosario en diciembre pasado "es un ejemplo y una experiencia valiosa que permite traccionar para que en Ciudad de Buenos Aires ocurra lo mismo". El integrante de la IGJ destacó el rol de ese organismo del Ministerio de Justicia para avanzar en el cumplimiento del Código Civil y Comercial por parte de las organizaciones, para que no existan "situaciones de discriminación de este tipo".
Si bien no es el único, recalcó que la participación de las mujeres en algunas entidades deportivas en algunos casos continúa siendo negada formalmente a través de los estatutos, como fue el caso del Jockey Club de Rosario hasta diciembre de 2021, aunque en otros casos "se hace solo a través de la práctica".
Sin embargo, también señaló que este escenario se da a nivel país y también se repite en otras ciudades latinoamericanas y puso como ejemplo la capital colombiana, Bogotá.
"Allí, existen el Jockey Club igual que en Buenos Aires y un club tradicional de tiro, como si fuera aquí el Círculo de Armas -explicó-. El primero, lo que hizo al igual que Rosario fue modificar sus estatutos para permitir el ingreso de las mujeres como socias, lo que muestra que son procesos que se están dando y hay que seguir".