Las salidas de Rosario siguen representando auténticas emboscadas. Dejar la ciudad a través de las autopistas puede desembocar en escenas de tensión, bordeando las tragedias. En la madrugada de ayer, un grupo de delincuentes colocó gomas quemadas sobre la traza e intentó robar a los pasajeros de un micro que se trasladaba rumbo a Buenos Aires. Si bien el colectivo se detuvo ante el sorpresivo y violento ataque, que incluyó gritos y piedrazos, los choferes reiniciaron la marcha antes de que pudieran subir al coche. Esos minutos fueron una verdadera pesadilla para quienes creían que estaban comenzando un viaje de distensión, en plena temporada de verano.
El angustiante episodio se produjo a la altura de Villa Gobernador Gálvez y los atacantes sólo llegaron a robarle algunas pertenencias personales a uno de los choferes, que terminó con lesiones menores por la rotura de los vidrios delanteros con los piedrazos.
De acuerdo a la gran cantidad de denuncias que llegan al 911, este hecho no representa un eslabón aislado. Es parte de una larga cadena de sucesos íntimamente relacionados a la violencia. Quemas de gomas, piedrazos, troncos, miguelitos, son herramientas que habitualmente utilizan los delincuentes para tratar de asaltar a quienes pasan por la zona desprevenidos, pensando en otra cosa.
Una unidad de la empresa El Rosarino sufrió el ataque en la madrugada de ayer. Según el reporte policial, el coche había partido a las 4 de la mañana desde la Terminal de Omnibus Mariano Moreno. Buscó la autopista, tomó rumbo a Buenos Aires, y a pocos kilómetros, a la altura de la ciudad de Villa Gobernador Gálvez, tuvo que parar al advertir gomas quemadas que no permitían el paso por la ruta.
El horario, en plena madrugada, generó un clima de zozobra e incertidumbre. De la nada, un grupo de muchachos armados intentó meterse en el micro. Si bien no está confirmada la cantidad, los choferes llegaron a notar cuatro personas en el grupo de ataque. Rompieron los vidrios de adelante y llegaron a amenazar a uno de los conductores, que recibió un piedrazo en el ojo.
En ese movimiento, repleto de gritos y violencia, con el parabrisas roto pudieron arrebatarle el celular, la billetera y otros elementos personales a uno de los choferes.
Teniendo en cuenta el informe policial, uno de los conductores, de 29 años, comentó que de acuerdo a su registro visual se le acercaron al menos cuatro hombres, que venían tirando piedrazos al parabrisas. Esa rotura le provocó cortes en el ojo, pero a pesar de esa lesión, no aflojó en su postura y no dejó ingresar a los maleantes.
Escena de terror
Más allá de esa sensación de los responsables de la conducción del micro, una de las pasajeras contó que eran como 15 los integrantes del grupo que avanzó sobre el colectivo. En ese marco, los trasladados no podían creer la escena de terror que estaban atravesando, en la ruta, y de madrugada.
Ante este violento ataque, los conductores intentaron resistir, sobre todo pensando en proteger a los pasajeros. Tomaron valor y retomaron la marcha del micro, antes de que pudieran ingresan los malvivientes.
Frente a esta acción de los choferes, los ladrones se fueron y desaparecieron en medio de la noche. Poco después llegaron los móviles policiales y un servicio de ambulancia del Sies (Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias) que le realizó las primeras atenciones médicas al conductor lesionado en el mismo sitio, ya que no fue necesario llevarlo a algún centro de salud cercano para observarlo con más profundidad.
Debido al episodio que tuvieron que atravesar, los conductores no pudieron seguir al mando del coche. Y vino otro micro que llevó a los pasajeros hasta su destino final, en la estación Retiro, en Buenos Aires.
Por la determinación de los choferes, que no permitieron el ingreso al coche de los ladrones, el angustiante hecho de la madrugada de ayer quedó sólo en una tremenda sensación de susto, que no olvidarán fácilmente.