Sin debate, el Concejo saliente aprobó el miércoles a la medianoche el presupuesto 2016 con revalúo y ajuste de la tasa general de inmuebles (TGI) para los próximos tres años. La sesión arrancó pasadas las 23 y terminó cuando vencían los mandatos de 12 ediles tras un acuerdo político entre el oficialismo y el PRO. La oposición calificó de “vergonzosa” la jornada y denunció que hubo censura al impedir las argumentaciones. Los ajustes aprobados impactarán en las boletas de la TGI que abonan los rosarinos con subas promedio del 37 por ciento en 2016, 28,5 en 2017 y 20 por ciento en 2018.
La votación dejó al descubierto, además, la consumada fractura del Frente Progresista. Como corolario de la designación de Daniela León como presidenta del cuerpo, los radicales Sebastián Chale y María Eugenia Schmuck votaron en contra de la propuesta oficial.
La última sesión ordinaria del año comenzó pasadas las 23, hora y media después de culminar la elección de autoridades del cuerpo para el período 2016. De arranque, León recurrió a un artículo del reglamento y pidió una moción de orden para votar sin debate.
El oficialismo hizo este planteo para evitar que la discusión en el recinto se extendiera después de la medianoche. Con el primer minuto del día 11 vencían los mandatos de 12 ediles y le correspondía tratar el tema a la nueva composición del Palacio Vasallo, donde el Frente Progresista tiene menos peso relativo, tal vez recién el año próximo.
La propuesta oficialista cayó como una bomba en el recinto. Varios concejales opositores estallaron de ira ante la imposibilidad de argumentar su negativa al revalúo y al ajuste de tasas. Mientras León defendía su moción por estar “contemplada dentro del reglamento,” los concejales Jorge Boasso (UCR) y Roberto Sukerman (PJ) pedían a los gritos que se los habilite a exponer.
“A mi no me griten”, los frenó en seco el ahora ex presidente del Palacio Vasallo, el socialista Miguel Zamarini. “Conozco el reglamento, se está actuando correctamente”, agregó.
Al final, la moción de León prosperó y se pasó a votar sin discursos. Con los votos de 8 ediles oficialistas y 5 del PRO la iniciativa quedó sancionada al filo de la medianoche. “Es una vergüenza lo que hicieron, es inédito”, disparó Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular). “Ya no discutimos el boleto, ahora tampoco el presupuesto, ¿por qué no cierran el Concejo?”, lanzó irónico Sukerman. El arista Carlos Comi recogió el guante. “Muchos de los que nos cuestionan han utilizado a nivel nacional sistemáticamente estas prácticas. Es el juego de las mayorías”, se defendió.
El macrista Rodrigo López Molina remarcó la importancia de la “gobernabilidad” y destacó que lo aprobado se basó en una contrapropuesta del PRO, basada en expectativas inflacionarias decrecientes para los próximos años a raíz del cambio de gobierno. Los ajustes aprobados fijan topes para los próximos tres años según el radio catastral, que se informan en la infografía.
Un cuerpo de 28 ediles y 18 bloques
El nuevo Concejo que debutó el miércoles con 28 ediles tiene como sello distintivo su marcada atomización política. Tanto, que posee 18 bloques, de los cuales 13 son bancadas unipersonales. Los únicos
bloques colectivos son el PRO (5 ediles), Partido Socialista (3), Ciudad Futura (3), Compromiso por Rosario (2) y Radicales Progresistas (2). Los encuentros de Labor Parlamentaria donde se reúnen
los jefes de bloques serán casi una sesión en el recinto.