"Si mi cliente llega efectivamente a ser el responsable del accidente, está dispuesto a asumir la reparación pecuniaria correspondiente y hasta a hacerse cargo en forma urgente de la rehabilitación" de Angel Santos, el kayakista atropellado por una lancha en el río el 2 de noviembre pasado, aseguró ayer el abogado entrerriano Mariano Benedetto. La afirmación corrió paralela a la presentación de un escrito ante la Fiscalía Nº 1 de Victoria, a cargo de Flavia Villanueva, unidad que investiga lo que ocurrió ese días a pocos metros de Isla Verde, cuando una embarcación a motor chocó y partió en dos el kayak que manejaba Santos, causándole gravísimas heridas que lo obligan aún a constantes ingresos al hospital. Sin ir más lejos, ayer la víctima del accidente estaba internado en el Eva Perón con un cuadro de neumotórax y una rebelde infección por hongos (ver aparte).
La presentación espontánea de quien, sin haber sido formalmente imputado aún, se perfila como presunto conductor de la lancha que atropelló a Santos y siguió de largo sin prestarle auxilio ya había sido adelantada a La Capital el domingo pasado por el abogado del fuero local Gabriel Navas.
Pero como el letrado carece de matrícula para actuar en Entre Ríos, donde se sustancia la causa porque el accidente se produjo a no más de 40 metros de esa costa, quien tomó la representación del supuesto conductor (no el dueño) de la lancha fue Benedetto.
En rigor, según detalló la fiscal Villanueva después de recibir la presentación, el escrito se limita a una presentación "muy genérica" de una persona que, "ante el temor de resultar sospechada", acude a ponerse "a disposición de la Justicia".
Ese planteo ahora será analizado por la Fiscalía, que además contará con dos testimonios clave citados para mañana: el de dos acompañantes del conductor de la lancha, que ya justificaron su incomparecencia una vez y ahora deberán hacerse presentes.
Luego, aclaró Villanueva, también será relevante la entrega de un informe con el resultado de las pericias que todavía, a casi once meses del siniestro, adeuda Prefectura Naval y que ayer la funcionaria se encargó de reclamar para "apurar los tiempos", ostensiblemente dilatados.
"Sin perjuicio del análisis que amerite la presentación que recibimos hoy (por ayer), ahora continuarán las medidas de prueba y la declaración de los testigos", sostuvo la fiscal.
De mínima, si se demostrara la responsabilidad penal del conductor de la lancha en el choque, la figura que le cabría sería la de lesiones graves culposas, una carátula pasible de complicarse si se acreditaran otras circunstancias, como abandono de persona.
Aunque el escrito ingresado a la fiscalía de Victoria haya resultado un tanto "vago", el abogado que lo patrocinó fue más conciso.
Similitud. Según contó Benedetto, la semana pasada se contactó con su estudio "una persona que manifestó haber vivido un episodio similar" al que relataron las crónicas periodísticas sobre el gravísimo accidente que padeció Santos, el mismo día y mientras manejaba una lancha por la misma zona del río.
Siempre según los dichos del letrado, esa persona y quienes la acompañaban a bordo de la embarcación admitieron haber "escuchado un ruido fuerte como de un impacto en el casco de la lancha, pero como ya era de nochecita creyeron que se trataba de un tronco".
Ese relato, que en principio seguramente vertebrará la estrategia defensiva, contrasta con el que apenas se produjo el accidente hizo ante La Capital Lucas Lanese, uno de los rescatistas de la víctima: que al momento del impacto se escucharon gritos no sólo de Santos —de Bin, como lo llaman sus amigos del río—, sino también provenientes de la lancha que lo había atropellado.
De allí el enojo de Lanese: porque pese a los gritos, la embarcación a motor nunca se detuvo a socorrerlo. "Lo que quiere decir que se dieron perfecta cuenta de lo que habían hecho, pero igual lo dejaron tirado en el agua como si fuera un tronco", conjeturó.
De todos modos, Benedetto aclaró que no existe aún una imputación sobre su cliente y, de hecho, el expediente inicialmente apuntó a otra persona, a quien los peritajes luego no comprometieron.
"Pero si llegara a ser responsable, obviamente que estará dispuesto a asumir la reparación pecuniaria correspondiente y hasta a hacerse cargo en forma urgente de la rehabilitación" de Santos, adelantó el abogado, consciente de que el kayakista sufrió lesiones muy graves y afronta "una discapacidad muy importante".
Benedetto explicó que el Código Procesal Penal vigente desde hace dos años en Entre Ríos "ha instaurado una institución nueva: la mediación penal, no extrajudicial, sino en el marco del mismo tribunal, lo que habilita la posibilidad de empezar a hablar de una reparación económica".
Por eso, en la hipótesis de una imputación formal, adelantó, entablará contacto "inmediato" con los abogados de la víctima para ofrecer dar curso a esa alternativa.