El ministro de Infraestructura y Transporte de la provincia, José Garibay, reconoció ayer que, si continúa la retracción de la cascada del arroyo Saladillo, el puente que une Rosario con Villa Gobernador Gálvez corre "serio y concreto" riesgo, por lo que está bajo permanente control y se estudian alternativas para que el salto, que se acerca peligrosamente a la estructura, no siga erosionando el lecho y corriéndose aguas arriba.
Garibay contó que el jueves por la noche se estudiaron durante una reunión las posibles obras de emergencia a fin de que la cascada genere menos impacto.
En diálogo con LaCapital, el funcionario reveló que se trabaja en la posibilidad de introducir materiales más resistentes en el lecho del arroyo donde cae la cascada de modo tal de frenar el fuerte poder erosivo del agua, aunque esto sólo podrá hacerse cuando el caudal baje considerablemente, y todavía es objeto de análisis.
Mientras tanto, se estudia la posibilidad de una especie de dique, cauce abajo, que levante la cota del agua de modo tal de neutralizar el impacto del salto arroyo arriba. "No es un proyecto corto y la inversión no es menor. Pero existe la posibilidad de hacer un vertedero, por ejemplo unos 150 metros aguas abajo de donde se encuentra ahora la cascada, para que ésta ya no tenga tanta caída y se frene su impacto, y proteger de este modo no sólo el puente de Ayacucho, sino el de la autopista", dijo.
La noche del jueves, funcionarios del ministerio y de Defensa Civil de Rosario y Villa Gobernador Gálvez mantuvieron una reunión para analizar el comportamiento del arroyo y evaluar acciones rápidas. "Nos dijeron que el jueves la cascada retrocedió tres metros. Mañana (por hoy) tendremos una nueva reunión para establecer qué acciones vamos a desarrollar cuando baje más el arroyo y hacer más difícil el retroceso del salto, porque ahora el riesgo para el puente es cierto y concreto", afirmó.
Fuerte retroceso
La cascada del arroyo Saladillo viene experimentando un fuerte retroceso, que la ubicó a una distancia de entre 160 y 170 metros del puente que une la calle Ayacucho de Rosario y avenida San Martín en Villa Gobernador Gálvez.
Si bien durante algunos años, después de una fuerte retracción, se había mantenido estable, en los últimos tiempos volvió a retroceder de manera acelerada y muy visible.
Esto se hizo evidente los últimos días, cuando el salto se empezó a ver directamente desde la estructura que une ambas ciudades y podían observarse en la barranca las huellas de los permanentes desprendimientos. Además, el agua socavó la parte central del lecho y formó una suerte de garganta.
Entre el martes y el miércoles, este fenómeno se acrecentó, tanto que, como lo ilustró LaCapital en su edición de ayer, dos fotos comparativas tomadas con sólo 24 horas de diferencia mostraban el visible retroceso.
El director de Defensa Civil de Villa Gobernador Gálvez, Jorge Acosta, aseguró que se está esperando que el arroyo vuelva al cauce normal para poder facilitar el trabajo de buzos tácticos en los pilotes que sostienen el puente, donde la circulación podría inhabilitarse definitivamente si el salto se acerca a los entre 100 y 80 metros, según distintas estimaciones.
Restricción vehicular
Mientras tanto, y como lo decidieron las autoridades de Rosario y Villa Gobernador Gálvez a principio de semana, el paso sigue restringido en la mano que viene hacia Rosario, donde sólo se puede circular por el carril interno. No obstante, Acosta fue enfático al aclarar que esta medida no se tomó por peligro de derrumbe, sino por seguridad de automovilistas y transeúntes. "No se cortó porque se vaya a caer, sino por seguridad, se juntaba gente para ver el arroyo desde la baranda este, y los automovilistas se detenían y hasta estacionaban para bajar y mirar. Esto ponía en peligro la seguridad, y por eso se tomó la medida", tranquilizó el funcionario villagalvense.
Además del corte parcial, se prohibió el paso del tránsito pesado, salvo el de los colectivos del transporte urbano de pasajeros.
En consonancia con las declaraciones de Garibay, el director de Defensa Civil afirmó que "por una cuestión lógica, el puente corre peligro ante el retroceso y el acercamiento de la cascada", que afortunadamente los últimos dos días se detuvo. Pero advirtió que ahora se espera una tormenta para el 31 de enero o el 1º de febrero. "El problema es que las precipitaciones sean muy intensas; si no lo son, o si se dan en un tiempo más prolongado, el agua podría escurrir".
Además, indicó que "contamos con sensores instalados en Pueblo Muñoz que nos avisan con 12 horas de anticipación cuál será el comportamiento del caudal, lo que nos permite establecer variables para los planes de contingencia", afirmó.
Otras voces
Ayer, autoridades del Concejo de Villa Gobernador Gálvez estuvieron junto al intendente Alberto Ricci y funcionarios de la Dirección Provincial de Obras Hidráulicas supervisando el permanente avance de la cascada luego de su última caída. La presidenta del cuerpo, Susana Mangiaterra, afirmó que la situación "es de riesgo por la quebrada está muy cerca del Puente Molino Blanco, que une nuestra ciudad con Rosario. Mangiaterra, junto a su par Cristina Cuevas, tuvieron la oportunidad de hablar con los funcionarios provinciales, quienes reiteraron que el proyecto inicial para evitar el avance de la cascada quedó sin efecto por una acción judicial que iniciaron los vecinos de Rosario para preservarla. De esa manera, afirmaron que dicha obra no podría realizarse en esto momentos por la cercanía de la cascada con el puente.
Por su parte, Cuevas (viceprepresidenta 2ª) expresó que "no es hora de encontrar culpables, sino de ponerse firmes, municipio, provincia, concejales y diputados para solucionar un problema que afecta a vecinos que viven linderos al arroyo y a quienes usan el puente a diario".
También desde el Concejo de Villa Gobernador Gálvez, Rubén Leiva recordó que "desde hace tiempo venimos reclamando obras de mantenimiento, desde el Concejo Deliberante hemos votado diversos pedidos de informes a la provincia que jamás fueron respondidos", se quejó.
A su entender, el puente "se debe clausurar de forma inmediata, no debemos correr riesgos innecesarios, cada vez que pasa un colectivo o un vehículo de mediano porte se siente la vibración de toda la estructura".
en alerta. El retroceso de la cascada y su acercamiento al puente se hizo muy evidente los últimos días. La foto fue tomada ayer.