Las fiestas de graduaciones de los cursos de quinto año del secundario y séptimo grado de la primaria se van reprogramando en Rosario, pero con estrictos protocolos que limitan los horarios y suprimen las instancias más anheladas por los chicos: el baile, el brindis y la posibilidad de compartir el momento con amigos. El cierre de estas etapas de estudio está acotado a una cena en una burbuja familiar reducida, entrega de diplomas, algunos saludos, banda y gorros de graduados. De este modo, son pocas las escuelas que hacen sus fiestas en estas condiciones.
Padres y alumnos de cursos de séptimo grado y quinto año de colegios y escuelas rosarinos afrontan el dilema de decidir si cierran esa etapa ahora, con las restricciones que impone la pandemia, o esperan a que las cosas cambien y se puedan realizar las fiestas de graduados clásicas, incluso según contratos pactados originalmente.
Pero en estos tiempos parece que la incertidumbre es la mayor certeza. Y la realidad marca que de las 300 graduaciones que habitualmente se hacen en la ciudad, se estima que no más de diez escuelas decidieron optar por ponerle fin al ciclo en estos días, con una cena de tres pasos en un living de no más de seis personas, un brindis, entrega de diplomas, las clásicas bandas con las que los alumnos distinguen algún rasgo personal del compañero, y a casa.
El horario que proponen hoy algunas empresas es de 19 a 00, de lunes a jueves, y de 19 a 1, los viernes y sábados. No hay baile, disc jockey (solo música ambiental), tampoco los adolescentes o niños pueden invitar amigos al brindis (por la reducción al 50 por ciento de los salones), no hay barra de tragos y se hace “trasnoche reducida”.
“Baile e invitar amigos. Esa es la mayor demanda”, indicaron desde una empresa de catering que la semana pasada concretó la fiesta de graduados de un curso de quinto año del Superior de Comercio José de San Martín. Se desarrolló en Posta 36, al aire libre y con todos todos los protocolos.
“Ahora se habilita el salón Metropolitano, pero no hay confirmaciones, es día a día. La situación es apremiante porque más de 20 rubros laborales dependen de esta actividad. Lamentablemente es lo que se puede ofrecer ahora. No sabemos si todo puede cambiar mañana”, deslizaron desde la misma firma.
La tarjeta, un número
Mientras que en 2019 se podían hacer compras anticipadas por 1.500 a 1.800 pesos por tarjeta, los costos pegaron un salto. Ahora se abona hasta 3.000 pesos por persona. Si se cuenta que el graduado no paga, una familia tipo debe desembolsar casi 10.000 pesos para ir a una fiesta limitada, con un formato que no ofrece muchos de los servicios pautados en los contratos originales.
Por lo económico, algunas familias se bajaron de la fiesta. Y otros padres también tratan de que se compensen las pérdidas de los servicios que no se van a ofrecer. Desde Dreamers, un empresa que organiza graduaciones, indicaron que se vienen realizando reuniones con los padres por los eventos atrasados, pero que hasta el momento son muy pocas las confirmaciones.
“La realidad es que es muy difícil para todos. Por un lado tenemos que dar la cara con el cliente y, por otro, la realidad marca que la actividad está parada. Hasta el momento no realizamos fiestas, se están reprogramando a la espera de que se habiliten servicios, porque la gente no acepta las condiciones actuales”, remarcaron.
Grave
Desde la Cámara de Eventos y Afines de Santa Fe entienden que la actividad está en graves problemas. El titular de la entidad, Iván Hawryluk, indicó que, de acuerdo a un sondeo por las empresas que se dedican a las graduaciones, fueron muy pocas las escuelas que se inclinaron por realizarlas en las condiciones actuales.
Ante ese panorama, tenían previsto mantener una reunión clave con el ministro de la Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna , con la idea de avanzar en la apertura y la necesidad de un protocolo sanitario propio, porque las pocos eventos que se realizaron fueron con el protocolo del rubro gastronómico.
“Hay distintas posturas en relación a la reprogramación de las graduaciones, porque básicamente en estas condiciones se alejan mucho del contrato original. Algunos deciden esperar. Son menos horas, sin la posibilidad de bailes, y se reduce el número de invitados en relación a la capacidad”, describió Hawryluk.
Según la evaluación de las tratativas que comenzaron la semana pasada entre escuelas y empresas de fiestas, marcó que no más de 10 colegios prefirieron hacerlo bajo condiciones actuales que contemplan la formalidad la cena, entrega de diplomas, brindis en familia y no mucho más.
Limitaciones
“En Rosario hay unas 300 graduaciones al año, y fueron muy pocos los grupos que confirmaron. Es lógico porque el baile y el brindis es la instancia de invitar amigos, además de la familia ampliada, pero no se puede, están limitados”, agregó el dirigente.
Otro dato que no se puede pasar por alto y al que están atados los cursos, es el viaje a Bariloche o a Córdoba. Muchas escuelas los están reprogramando para abril, mayo y junio. Al viaje hay que sumarle que los chicos, según protocolo, deben hacer una cuarentena obligatoria de siete días antes y después de viajar, aunque ese tiempo se puede extender si hay contagios de Covid-19.
El rubro de los salones de fiestas para eventos privados fue uno de los que más padeció durante la pandemia. Además de los empleos directos de las empresas, también hay trabajo indirecto de mozos, cocineros, sonidistas, iluminadores, seguridad, fotografía, filmación, disc jockeys, modistas, repostería y maquilladores, entre otros.
Un sector que todavía recibe asistencia económica
El secretario de Comercio Interior y Servicios, Juan Marcos Aviano, recibió a representantes del sector de salones de eventos que se vieron afectados durante la pandemia y que en la actualidad continúan recibiendo la Asistencia Económica de Emergencia dispuesta por el gobierno provincial, dado que aún no retomaron en forma plena su actividad.
Tras el encuentro, Aviano dijo que fue “una reunión muy positiva, entendemos que el diálogo con este grupo continuó siempre y fue creciendo”. Y precisó que se fueron habilitando actividades en los salones y resta “la habilitación del baile, pero reafirmamos el compromiso del gobierno de Santa Fe de continuar como lo venimos haciendo desde el mes de junio con la Asistencia Económica de Emergencia”.
En este sentido, el secretario precisó que “los salones de eventos y todos los rubros que rodean a los mismos (catering, fotógrafos, DJs, animadores) también siguen recibiendo una asistencia por parte del Estado, al igual que los jardines maternales y los transportes escolares”.
Ante este panorama, se acordó “continuar con la asistencia viendo cada caso en particular, para diferenciar y tener un panorama más específico: si es salón propio o alquilado, grande o chico, si puede realizar algún tipo de actividad o no, si tiene empleados en relación de dependencia o no. Quedamos en que el próximo pago será teniendo en cuenta estas cosas”, indicó Aviano.