Hace apenas una semana y en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujeres, el Ministerio de Salud de la Nación presentó la actualización del "Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo (IVE/ILE)", una herramienta que intenta favorecer el acceso a esas prácticas, así como la atención posaborto, y que por primera vez se hace en el marco de la ley de Aborto Legal Seguro y Gratuito (Nº27.610) sancionada y promulgada en diciembre de 2020. Santa Fe, con la firma de la Ministra de Salud, Sonia Martorano, es ahora la primera provincia en ratificar la aplicación del protocolo porque “si bien no hay dudas de la plena vigencia de la ley, es una herramienta central para llevar claridad y seguridad a los equipos que garantizan las intervenciones", recalcó la directora provincial de Salud Sexual y Reproductiva, Paola Gross.
La funcionaria señaló el trabajo que se viene realizando en la provincia para "ampliar la red de atención" a las mujeres y personas gestantes, sobre todo el tercer nivel de atención, donde están las mayores dificultades y donde aún en algunos casos es necesario "hacer derivaciones" para garantizar el acceso a la práctica.
Uno de los primeros pasos que dio la provincia tras la aprobación de la ley, apuntó Gross, fue la conformación en febrero pasado de la Mesa de Abordaje de políticas públicas para la IVE e ILE compuesta por representantes del Ministerio de Salud y del área específica de Salud Sexual y Reproductiva y Diversidad, Igualdad y Género, además de las áreas de Legal y Técnica, Salud Mental, Iapos, el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado (LIF), que actualmente produce Misoprostol para el abastecimiento de los centros de salud provinciales y además ya cuenta con la autorización para la venta interprovincial.
Fortalezas y debilidades
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Justamente ese último punto es uno de los que Gross destaca como una de las "fortalezas" de la provincia a la hora de analizar la aplicación de la norma vigente, sumando además “un primer nivel de atención fortalecido para garantizar las prácticas que de hecho se hacen en el 90 por ciento de los casos en el primer nivel, esa estructura con equipos capacitados es una ventaja".
En cambio, admite que la pata más débil sigue siendo el tercer nivel de atención, donde aún la ampliación de los equipos de atención representa el mayor desafío. De hecho, esas trabas fueron las que las organizaciones de mujeres y diversidades de la capital provincial denunciaron en diciembre, cuando remarcaron que no solo se daban dificultades en la atención en los hospitales con alta complejidad, sino además en la falta de equipos que garanticen la aspiración manual endouterina (Ameu).
"Estamos trabajando para ampliar los equipos y hay avances en ese sentido en el tercer nivel de atención", indicó Gross y aclaró que "el cuello de botella que se dio en diciembre y que obligó a la derivación de pacientes se resolvió con la incorporación de nuevos profesionales en el Cemafé e incluso una tocoginecóloga juvenil, que es importante para trabajar los embarazos no deseados en jóvenes y niñas".
Así y todo, recalcó la necesidad de dar respuestas en el tercer nivel, que "es el espacio que debe dar responder cuando el tratamiento ambulatorio ya no es posible porque existe riesgo de vida de la mujer, cardiopatías o algunos otros factores de riesgo", afirmó Gross.
Justamente para avanzar en ese sentido, recalcó la importancia de la actualización de los protocolos de Nación. "Sobre todo porque ahora se incorporan las documentaciones y herramientas vigentes para llevar adelante las prácticas de IVE hasta la semana 14 de gestación y que respaldan a los equipos médicos, pero también de la vigencia de la ILE, después de la semana 14, cuando se trata de abortos por causales", sumó la funcionaria.
Fortalecer la anticoncepción
Además de garantizar las prácticas de IVE e ILE, y en un contexto de compra de insumos que la funcionaria calificó de "sumamente complejo en el marco de la pandemia", la apuesta es fortalecer la prevención y la anticoncepción, sobre todo en la población más joven.
De hecho, poner al día el faltante de algunos anticonceptivos específicos fue una tarea que hubo que dar, así como la de duplicar la producción de anticonceptivos orales por parte del LIF, que pasó de 22 mil a 46 mil mensuales, "para poder cubrir en parte la demanda de los métodos que no estaban llegando", indicó Gross.
El principal avance fue poder concretar la compra de los anticonceptivos subdérmicos, justamente los más utilizados en la población joven y adolescente.
"Logramos comprar en abril más de 3 mil implantes subdérmicos, un insumo costoso e importando, lo que representa un tercio del total distribuido el año pasado. Eso permite, junto con lo que ahora ingrese de la Nación, cubrir el faltante y a la vez ampliar la población", señaló.
En ese punto, destacó el trabajo que se viene llevando adelante a través del 0800 de Salud Sexual y Reproductiva (0800 222 3444), un canal de comunicación que en pandemia multiplicó por diez la demanda promedio y si bien en su mayoría las consultas fueron por IVE, a eso se sumaron dudas por anticoncepción e incluso sobre vasectomías.
"Esa fue una grata sorpresa", dijo la funcionaria, que señaló que "ese es un proceso que se quiere alentar conjuntamente con Igualdad y Género y con las organizaciones que son la red con la que siempre se trabaja conjuntamente, pero que duramente la pandemia fue esencial para poder llegar a la mayor cantidad de mujeres".