Los empleados municipales hicieron oír ayer su reclamo en protesta por el pago desdoblado de las horas extras y realizaron una ruidosa concentración frente al Palacio de los Leones. La movida llegó pocas horas después de que la intendenta Mónica Fein les había pedido "comprensión y un esfuerzo".
El reclamo sindical desafectó de sus lugares de trabajo entre las 10 y las 13 a centenares de empleados municipales, que desde los distintos puntos de la ciudad se encolumnaron hasta la sede del Ejecutivo, en Buenos Aires al 700.
A pie y en caravana de autos se los pudo ver movilizarse ruidosamente y protagonizar una movida no exenta de polémica. Por ejemplo, por plena avenida Pellegrini se observó a media mañana a móviles de la Central Operativa de Emergencias (Coem) transportando a empleados que tocaban una batucada que le ponía más ruido a la sirena de la camioneta.
Esa postal ya se había repetido en otras protestas y había disparado una polémica que lejos está de saldarse.
¿Hasta dónde es viable que una movida gremial utilice los vehículos oficiales que se mantienen con el aporte que hacen todos los rosarinos con sus impuestos? ¿Se debe gastar combustible e insumos que en realidad deben utilizarse ante una emergencia y no para concurrir a una protesta sindical?
Algo es seguro, mientras el debate volvió a plantearse otra vez sin encontrar respuestas, los municipales le hicieron sentir su descontento a la intendenta Mónica Fein.
Mientras las caravanas de vehículos avanzaron por Pellegrini, las columnas de agentes a pie coparon la peatonal y todos confluyeron en la plaza 25 de Mayo, donde se cortó el tránsito y se generó un importante embotellamiento en las zonas aledañas en pleno horario pico del mediodía.
Así, desde el sector más antiguo de la ciudad y a pocos metros del despacho de la intendenta, los redoblantes sonaron con fuerza y el líder del sindicato municipal, Antonio Ratner, se adueño de la escena.
"Nos piden comprensión, pero hay que pedírsela a quien nos metió en este momento. Así, de este modo, el hilo se corta por lo más delgado", disparó el referente sindical entre aplausos, golpes de bombo y flamear de banderas en las que se podía leerse las distintas dependencias en las que trabajan cada uno de los que se movilizó ayer.
"Los trabajadores somos pacientes, pero en el supermercado, cuando pagás el alquiler, o la TGI, no te tienen paciencia", graficó Ratner.
Días antes, Fein había puesto de relieve lo que diferencia a los municipales del resto de los empleados rosarinos, la famosa "cláusula gatillo", un mecanismo por el cual sus salarios se actualizan al ritmo de la inflación, algo que muy pocos gremios han podido lograr.
En rigor, lo que enoja al gremio conducido por Ratner es el pago desdoblado de las horas extras. Es decir, cobran el salario en tiempo y forma y esas horas se abonan, pero después del 20.
El objetivo es poder priorizar fondos para garantizar la atención en salud y políticas sociales, en el marco de un contexto económico muy complejo para las arcas municipales.
Preocupación
Por su parte, la secretaria adjunta del gremio, Yamile Baclini, destacó que el sector "ha sido paciente y ha sabido comprender la situación que impone la realidad".
"El desdoblar el pago de las horas extras no es algo novedoso. Esas horas no son para ahorrar sino para pagar lo que cotidianamente necesitamos para vivir dignamente", indicó en declaraciones a La Ocho.
A renglón seguido, se mostró preocupada por la situación de los empleados contratados a los que se les vence el vínculo laboral el 31 de diciembre. "Hoy tenemos muchos trabajadores precarizados, contratados y queremos saber qué va a pasar con aquellos a quienes se les vence el contrato a fin de año. No tenemos respuestas", admitió.
"Veo la situación con muchísima preocupación. Hubo ajuste y un recorte en Salud Pública a los médicos que trabajaban en las guardias. En el caso de los trabajadores que están en la vía pública, el recorte se hizo en elementos de seguridad e insumos. Todas esas situaciones son parte de un ajuste", consideró.